En mi visita allá por 2008 recuerdo perfectamente que me adueñé de cierto orgullo impropio al comprobar que en mi tierra se estaban haciendo bien las cosas. En aquella ocasión fue mi hermana Llanos (que de esto sabe un rato) la que nos había recomendado
el sitio, y allí nos plantamos tras una carrera popular de diez kilómetros dispuestos a saciar nuestro voraz apetito. Nos fuimos contentos y gratamente sorprendidos.
Hace unos meses todo aquello volvió a mi memoria repentinamente viviendo ya en Tokio; la archiconocida
guía Michelín otorgaba su primera estrella a un restaurante de la provincia de
Albacete. Gran noticia saber que entrábamos en el mapa gastronómico nacional, y enorme sorpresa de que
aquel pequeño restaurante que había llamado mi atención tres años atrás fuera el artífice de tal logro.
En mi último viaje a casa por Navidad fue el momento del reencuentro. Tenía que probar y comprobar de primera mano qué había convencido a los exigentes críticos de este local situado en el pueblo albaceteño de
Almansa. Pronto supe que todo y nada había cambiado.
Decididos a dejarnos sorprender de nuevo, mi hermano Luis y yo nos decantamos por el
Menú Sorpresa del cocinero Fran Martínez. Y de esta manera dimos el pistoletazo de salida a una desconocida cabalgata de sabores, olores y texturas. El menú comenzaba con unos
snacks para abrir boca, donde me pareció especialmente sabrosa la torta de sardina salada.
Bolitas de pepino confitadas en aceite de oliva y vinagreta de mostaza antigua
Torta de gachamiga serrana con piel de sardina salada
En esos momentos ya venían desde la cocina los sabores manchegos que inundarían la siguiente tanda de
snacks. Es necesario que destaque aquí la original presentación y el increíble gusto del
ajopringue, un toque manchego perfecto para llevarme de recuerdo en el avión que sólo unas horas después me llevaría rumbo a Japón.
Ajopringue manchego con pan tostado
Pieles crujientes de bacalao y pimiento seco de cornetaTapitas sorpresa: brandada de merluza y royal de liebre Maralba es un local pequeño, familiar, regentado por un joven matrimonio que derrocha pasión por este negocio. Y eso se puede sentir en cada detalle.
Cristina Díaz reparte saber estar y medida atención en la sala, mientras su marido
Francisco Martínez innova en cocina. Entre los dos crean un
cocktail culinario que funciona a la perfección.
Con los sentidos abiertos de par en par por el aperitivo, sólo nos quedaba esperar más y más. Empezábamos con lo serio: una tanda con dos pescados y uno de los platos, con yema de huevo y base de caldo de gallina, que más me gustó por la intensidad de su sabor. Muy propio para los fríos días de enero en La Mancha.
Caballa en semicuración de sal, mojete manchego, papel de olivas negras y
emulsión de tomate asado y aceite de oliva virgen extra
Yema de huevo de corral a baja temperatura, tallarines de nabo, peloticas de
relleno y caldo de la gallina
Bombón de sepia de playa, tinta, ajoaceite y sémola de trigo en caldo de galeras
Hay que hacer mención al guiño al
moje manchego en el primero de los platos principales; una delicia donde se sustituye de forma inteligente el tradicional atún por una caballa muy jugosa. Había fuerzas para más, lo que nos llevó irremediablemente a la segunda parte del baile de carnes y pescados. Sin desmerecer a lo demás, me tengo que referir al bocado de carne de cierva por su sabor y su ternura, un acierto para cerrar la zona salada del menú.
Canelón de calamar en su tinta con leche de almendras
Pescado de mercado, civet, setas de temporada y membrillo
Cierva adobada y asada con boniato, castañas y granada
Para terminar, y por llevar más prisa de la que nos hubiera gustado, cerramos la comida con un sólo postre de los dos proyectados inicialmente. No hagáis como nosotros y tomaros las cosas con más tranquilidad, podréis disfrutar también de un
bombón de mouse de chocolate, avellanas y coco.
Leche merengada, piña, menta y sorbete de anís estrellado
Desde luego estrella conseguida por méritos propios y otro estrella extra que ya tiene también en
Los Restaurantes del Tío Chiqui. Como habéis podido ver al principio
el precio del menú es de 55 euros (sin bebida) aunque se ofrece también la opción más económica del menú gastronómico. Una relación calidad-precio excelente. Os recomiendo que lo probéis y me déis luego vuestra sincera opinión.
Aún quedó tiempo para charlar un ratico con
Fran Martínez, y de paso para aprender algunos trucos para mejorar
mi pan casero. Fue un gustazo ver que en la tierra de uno se hacen las cosas tan bien o mejor que en los bastiones gastronómicos tradicionales españoles.
¡Un abrazo!