1 Comentario

Acción-Reacción.

Las partes. Escribo y disfruto mientras lo hago. Cuando leo lo escrito pueden pasar dos cosas, o me gusta o no me gusta. Sentimiento que mi cerebro interpreta, no siempre de manera precisa, basándose en biología cruda. Mi cuerpo, se altera tras el estímulo, y reacciona trasmitiendo una información en cascada que me ordena si tengo que sentir placer o incomodidad. Primera parte.

Tú lees. Asumiendo las diferencias obvias intraespecie, se produce una nueva y diferente alteración generada, curiosamente, por el mismo estímulo. Decides guardarla para tí. Segunda y última parte. Entiendes que debes reaccionar. Escribes una réplica, crítica o aportación. Acabas de tirar el dado. Estoy en el inicio de la primera parte, donde los sentimientos se moverán en un círculo de ciclos finitos.

Los comentarios son una parte fundamental en una bitácora. Como yo lo veo, ayudan, incentivan, animan y estimulan al que escribe provocando una comunicación necesaria para que el tinglado siga teniendo vida. Algunos me habéis dicho que no sabiáis cómo hacerlo, así que los incómodos pasos son los siguientes:

1- Debajo de cada entrada se encuentras el número de comentarios que se han hecho. Pincháis encima.
2- En una ventana a la derecha tenéis el espacio para escribir lo que os salga.
3- Ahora hay que elegir una identidad. Para los que no tengáis cuenta, podéis escoger la opción de "Nombre/URL", ponéis vuestro nombre y pincháis en publicar comentario.
4- Justo después, y sólo a veces, os puede pedir una palabra de seguridad que debéis teclear. Ya está todo hecho, comentario publicado.

También entiendo que muchas veces es una pereza, que ya lo hago otro día, que es que hoy tengo una obra de teatro, que qué pereza me da todo. Lógico. Lo que no puedo hacer es pedir tantos ánimos e incentivos así de risas, para motivar mi maltrecho ingenio. Quid pro quo. Pongo algo de mi parte. A finales de año habrá un regalito japonés muy guapo, que ya decidiré cuando se me ocurra, para el comentarista más regular. Y otro para el mejor comentario, que no será otro que el que sea elegido por mi absurdo criterio. Prometo hacer llegar el obsequio, de una u otra manera, allá donde estés.

¡Un abrazo!

DÍA DE LA CULTURA 文化の日

Día 3 de Noviembre.

Festivo nacional que homenajea a los que contribuyen a la cultura del país.

El dueño de esta casa se pira a ver al señor monte Fuji (富士山). Alguien así majete que se ocupe de regar las plantas y sacar al perro.


Disfruten de sus trabajos y quehaceres diarios.

Sin acritud.

¡Un abrazo!

NOCHE DE BRUJAS

Como no hay fiestas suficientes cada día, pues globalizamos una más y a correr. Total, si fuera para cavar una zanja o para recoger cebollas de algún bancal sería más problema. Pero para disfrazarse y hacer el mono un ratejo no hay que dar más motivos que el que se nos ocurra en cada momento. Lo que yo añada aparte de lo dicho no estará a la altura de lo que os puede enseñar el ojo que todo lo ve.










Cómo bien nos enseñaron nuestros antepasados, con las primeras luces del día volvimos a nuestras tumbas para evitar el contacto diurno. Así, los seres de las sombras que encarnamos el mal, aguardaremos ocultos hasta el año próximo. O hasta el finde que viene. Ya lo vamos viendo.

Aunque el miedo del bueno lo debieron pasar las alegres y joviales gentes que me crucé cuando volvía para casa en bicicleta, con el sol en todo lo alto y aún disfrazado de simpático vampiro.

¡Bienvenidos a la semana los que trabajáis en España!

Edificio Landmark, Yokohama 横浜市

Esta mole de setenta pisos y casi trescientos metros de altura se levanta cada mañana desde hace casi viente años en la ciudad de Yokohama. Nuestro interés se encontraba oculto en la planta 69, donde encontramos un mirador 360º desde el que se puede disfrutar de unas espectaculares vistas. Tokio, el famoso puerto de la ciudad, la bahía, y según dicen y cuentan los ancianos, y en días muy claros, y si sale el sol y si Júpiter roza con Saturno a media tarde, se puede ver el monte Fuji. Esta vez fue más bien que no.







La ciudad de Yokohama es la segunda más grande de Japón y el mayor y más importante puerto del país por dimensiones e historia. Se puede visitar desde Tokio en un día, donde podréis pasear además por su curioso y popular barrio Chino. Llegáis fácilmente en tren desde las principales estaciones de Tokio, tras una hora de viaje y 600 yenes menos en vuestro haber.

¡Buena semana!