miércoles, 3 de agosto de 2011
¿QUIÉN DIJO MIEDO?: SEGUNDA CLASE
Esta vez nos atrevemos con dos clásicos de la gastronomía española, en un menú que se adpata perfectamente a las elevadas temperaturas veraniegas. Tras el éxito cosechado hace una semanas con el curso de paella valenciana, el domingo 4 de septiembre organizamos la Segunda Clase de Cocina Española para japoneses.
De nuevo con Oscar Díaz con la batuta de traducir en mano, y con la inestimable participación de Los Lorcos en labores de asistencia y rescate. Esto no tiene pinta de salir mal, no puede salir mal.
Desde ayer tenemos abierto el plazo de inscripción; 18 plazas para aprender aquí un poquito más de lo que comemos allí. Si tienes amigos japoneses interesados en la cocina española ponlos en contacto conmigo (por mail: ferpisan(arroba)hotmail.com o directamente por facebook).
¡A liarla otra vez!
¡Un abrazo!
*ACTUALIZACIÓN: ¡CURSO COMPLETO! Joer, y hasta con lista de espera :)
Etiquetas:
Clases de cocina,
Gastronomía,
Historias varias
lunes, 1 de agosto de 2011
Bake Jizō, NIKKO
Nikko es una fiesta de templos esparcidos por las montañas y un nido de espiritualidad evidente. El budismo se deja aquí sentir con fuerza, y los admirados turistas se cuentan a miles, principalmente en días festivos.
Esto puede resultar pesado en ocasiones, pero estamos en Japón, y aquí hay mucha gente siempre en todas partes. Siempre. En todas partes.
Si sientes la presión de la multitud, te animo a cambiar de tercio. Busca la vera del río, y en un agradable paseo de quince minutos encontrarás un remanso de paz; una hilera de estatuas de Jizō, deidad que protege las almas condenadas al infierno, en especial las de los niños no nacidos y los que murieron siendo aún muy pequeños.
Ver mapa más grande
Es común encontrar estas estatuas en los alrededores de los cementerios, en ocasiones ataviadas con gorros y baberos rojos, símbolos inequívocos de la infancia a la que salvaguardan.
Si sigues el sendero durante un rato más, llegarás directo al Onsen Yashio, donde podrás poner la guinda a tu huida del gentío del otro lado del río, con un relajante baño de agua caliente.
¡Un abrazo!
Esto puede resultar pesado en ocasiones, pero estamos en Japón, y aquí hay mucha gente siempre en todas partes. Siempre. En todas partes.
Si sientes la presión de la multitud, te animo a cambiar de tercio. Busca la vera del río, y en un agradable paseo de quince minutos encontrarás un remanso de paz; una hilera de estatuas de Jizō, deidad que protege las almas condenadas al infierno, en especial las de los niños no nacidos y los que murieron siendo aún muy pequeños.
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Es común encontrar estas estatuas en los alrededores de los cementerios, en ocasiones ataviadas con gorros y baberos rojos, símbolos inequívocos de la infancia a la que salvaguardan.
Si sigues el sendero durante un rato más, llegarás directo al Onsen Yashio, donde podrás poner la guinda a tu huida del gentío del otro lado del río, con un relajante baño de agua caliente.
¡Un abrazo!
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