jueves, 18 de diciembre de 2008

TÉ CON PASTAS

Última ronda. Estos últimos días antes de Navidad estoy intentando despedirme de todo el mundo y hacer las cosas que me quedaban en el tintero. La ceremonia del té. Asignatura pendiente. A mí que no me gusta el té, pero que me encantan los fregaos, me llamaba la atención ir a una de estas clases donde enseñan cómo prepararlo y también, cómo degustarlo.


Mi colega Oskar "Ikusuki" tuvo la deferencia de invitarme a una de estas clases. Él lleva seis meses aprendiendo. Y yo que pensaba que esto se aprendía así en un ratejo. Pues no. Resulta que en medio año eres aún un principiante. Un polluelo todavía.

Mientras la profesora lo supervisaba, Oskar preparó un té para los invitados. Todos los detalles cuentan en esta ceremonia. La distribución de los utensilios, las distancias, la orientación, los movimientos. Una locura para que todo resulte siempre igual de perfecto. Además se exige un protocolo entre anfitrión e invitado con un intercambio de palabras y reverencias predeterminado.

Para beberlo, más. Ella lo dejaba a un lado del tatami, nos decíamos gracias mutuamente, reverencia, después yo podía pasarlo a mi lado, cogerlo con las dos manos en alto, girarlo dos veces sobre mi mano izquierda y beberlo en tres estrictos tragos evitando hacerlo por cualquier dibujo que tenga el cuenco.


Antes de saborear el té, se come un dulce para poder apreciar mejor el sabor amargo de esta bebida. Nada de pedir azucar que os estoy viendo venir. Aquí se toma a pelo. Pero el sabor no resulta tan fuerte como pudiera parecer. Es cuestión de hacer un poco al paladar.


Me gustó. Nunca me había tomado uno entero en mi vida y resulta que este sí que me hizo gracia. Lo que será la sugestión y que te preparen las cosas con un poco de mimo.

Yo ahora si llega un camarero y me planta una bolsica ahí en agua caliente sin hacerme reverencias ni invocar a todos los dioses nipones ni na, pues ya no me va a saber igual.

Muchas gracias Oskar, uno de los cracks que he conocido en estas tierras.

¡Un abrazo!

miércoles, 17 de diciembre de 2008

ADIÓS, SAMURAI


Así me encontré mi sitio mi último día de trabajo en el laboratorio. Aunque suene a tópico, no tengo palabras para agradecer a esta gente la manera en que me han tratado durante estos tres meses. Felicitaciones navideñas, dulces, fotos, cartas en un español muy divertido e imanes con mi nombre en hiragana y katakana.

Trabajar con treinta y siete japoneses no es fácil. Todo es diferente. Una manera de pensar contraria a lo que yo conocía y una comunicación en muchas casos imposible no son los mejores ingredientes para una buena convivencia laboral. Pero eso no importó. Desde el primer día ellos pusieron incluso más empeño que yo en que las cosas funcionaran. Desde el primer día me llevaron a comer y a tomar café con ellos. Desde el primer día cambiaron al inglés en las comidas y reuniones. Y resultaba surrealista. Muchos de ellos ni siquieran son capaces de decir dos palabras seguidas, pero preferían no hablar. En silencio, intentaban seguir la conversación de los demás durante días y días.

Desde el primer día.

Ni una pega, ni una discusión, ni una mala cara.

Pero lo que más me sorprendió es que me hicieran regalos las chicas de la cafetería donde he desayunado cada día. Además me prepararon un café donde se podía leer "MUCHO GRACIAS". Qué majas. Nos hicimos unas fotos y nos despedimos con mucha pena.


Al final tenía yo ya el nudete ahí en la garganta...que maldita sea. Bueno voy a parar que ma dará otra vez. Cambiemos de tercio.

Una compañera de laboratorio, Ando-san, hizo un montaje con una foto de mi viaje a Minakami muy gracioso. La tía se partía el ojayo de mí. ¡Samurai!


Ya recompuesto, Shimozono-san y Fujioka-san, mis más mejores amigos, me piden un momento a parte y muy serios comentan que quieren decirme algo. Yo caquita. "Que queremos decirte que hemos aprendido contigo que se puede trabajar y disfrutar, y que te prometemos que vamos a disfrutar más de la vida a partir de ahora"

Terminaron de desmontarme.

¡Muchas gracias!

martes, 16 de diciembre de 2008

JAPONESAS

Es curiosa la expectación que despiertan las mujeres japonesas. Cuando alguien se interesa por temas de este país es una pregunta obligada. Todos quieren saber más. De antemano no es fácil explicar su especial atractivo en el mundo occidental. Pero lo hay. Y gran parte tiene que deberse al exotismo. Aunque desde mi punto de vista hay mucho más.


Voy a cometer el error de generalizar. Excepciones las hay todas y tan sólo es mi opinión desde mi corta experiencia.

Varias cosas llaman mi atención. Andan raro. Tengo que informarme cuál es el motivo pero caminan como con las piernas hacia dentro. Como además suelen calzar tacones el espectáculo a veces es dantesco. Parece que se van a escoñar en una de esas.


Son muy tímidas. Todo les da vergüenza y se suelen tapar la boca para reir. Algunas veces también se tapan la cara cuando gesticulan. Por supuesto cuando te presenten una nada de dos besos, ni siquiera la mano en muchos casos. No existe el contacto físico como en otras culturas y se recomienda no tocar ni a chicos ni a chicas si la confianza no es mucha. Y no es fácil medir porque muchas veces no dicen lo que piensan.


Pero Japón siempre tiene un contrapunto. A pesar de esa timidez las chicas visten muy provocativas. Van en miniminifalda o shorts aunque estén cayendo chuzos de punta y se ponen medias por encima de la rodilla, tacones, sombreros, uñas postizas. Todo los complementos imaginables. Y así no hay quien viva.

Están además muy preocupadas por su aspecto físico. Hacen dietas estrictas y se cuidan muchísimo. Visten al detalle y van muy pintarrajeadas. Puedes verlas maquillarse habitualmente en el metro y mirarse continuamente al espejo. Algunas se aman, se quiere muchísimo.






Mis amiguetes tuvieron oportunidad de conocer algunas de ellas en su reciente visita. Iban por el metro como pollos sin cabeza. El problema es que no conseguían profundizar en sus relaciones con las chicas asiáticas. Mira que intentar,lo intentarion pero tal vez es ese nerviosismo, tal vez el escaso inglés de ellas o un poco de todo impedían que las cosas fueran a más.

En cualquier caso he podido obtener un vídeo en el que intentan conquistar a unas damas y a lo mejor podéis decirme vosotros si detectáis cuál puede ser el problema.


Yo lo veo un cortejo de lo más natural.



¡Un abrazo!

domingo, 14 de diciembre de 2008

CHIQUI EN JAPÓN LLEGA A LA TELE


Muy pronto en su pantalla amiga "Chiqui en Japón"...jajaja...Aunque parezca mentira, no lo es. Hay que joderse. Me van a hacer una entrevista a lo Planeta Finito o algo parecido.

Esta semana un equipo de Castilla La Mancha Televisión me visita en Tokio para hacer un reportaje sobre mi vida en Japón. Se trata de un programa sobre viajes llamado "CASTELLANOMANCHEGOS POR EL MUNDO" y el nombre ya lo dice todo. O casi.

Existen otros formatos parecidos en las televisiones autonómicas españolas como "andaluces por el mundo", "madrileños por el mundo"...que seguro conocéis muchos de vosotros.

Y consiste, en este caso, en que los manchegos que estamos repartidos y expatriados por los cinco continentes contemos nuestra experiencia mientras hacemos de guías improvisados de la ciudad en la que vivimos.

He quedado con ellos a las ocho de la mañana y la idea es estar por ahí todo el día dando tumbos enseñándoles la ciudad y contándoles mis cosicas. Mae mía qué nervios, con lo poco que me gustan a mi las cámaras. Intentaré no hacer mucho el ridículo. Pero me temo que eso no va a ser tan fácil.

¡Mamá pon el vídeo a grabar, qué sale tu nene!

¡Un abrazo!

Y AHORA POR DÓNDE EMPIEZO

Como decíamos ayer. Una semana de paréntesis que ha pasado tan deprisa y tan despacio. Vinieron a cerrar este blog. Pero como vinieron, se fueron. Y es que se lían solos y no hacen nunca lo que tienen que hacer. Sus últimas palabras fueron para pedir tacto en el relato de sus aventuras por Japón. No hay nada que temer sin nada que esconder. Este blog cuenta las cosas tal cual ocurren, aunque siempre desde la perspectiva del que escribe. La subjetividad está asegurada por lo tanto. Para eso están los comentarios.


Ocho días. Calculando hemos dormido unas 35 horas. Por lo tanto, 150 horas haciendo un poco de todo. O todo de todo. Finalmente decidieron que era mejor aprovechar el tiempo para disfrutar Tokio y dejar las visitas a otras ciudades para una próxima ocasión. Lo dejamos madurar para luego mejor.


Hemos repartido el tiempo entre el turismo, la gastronomía nipona y, como no, para salir a gambitear. Qué marcha me llevas artista. Asakusa, Shibuya, Yoyogi, Ueno, Shinjuku, Harayaku, Omotesando, Ebisu, Ginza. Al final hemos pateado bastante la ciudad aunque no siempre de día, pero por la noche también tiene su encanto.


Sí, ese es Rufo en Roppongi Hills. De comer tampoco lo hemos hecho mal. Cosa rara en nuestros viajes de tirados. Ramen, sushi, sashimi, arroz (¡claro!), yakitori, yakiniku y tempura entre otros. He intentado cada día que probaran algo nuevo y si no dicen otra cosa, creo que les ha gustado mucho.


Menú completito. Las noches, secretas, como dijo un día un amigo. Sólo las conocen los que allí estuvieron. Y tal vez sea mejor así.
Hemos hecho un cinco de siete. Palizón. Pero ahora que escribo desde mi actual sensación de descanso y sosiego está clarísimo que mereció la pena. Y aún teníamos que haber apretado más. Se nota que nos hacemos viejos.


Un catalán, uno de León, cinco albaceteños y ocho días inolvidables en la capital de Japón.

Ha sido un verdadero placer tenerlos aquí conmigo.

¡Un abrazo!