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lunes, 1 de agosto de 2011

Bake Jizō, NIKKO

Nikko es una fiesta de templos esparcidos por las montañas y un nido de espiritualidad evidente. El budismo se deja aquí sentir con fuerza, y los admirados turistas se cuentan a miles, principalmente en días festivos.


Esto puede resultar pesado en ocasiones, pero estamos en Japón, y aquí hay mucha gente siempre en todas partes. Siempre. En todas partes.

Si sientes la presión de la multitud, te animo a cambiar de tercio. Busca la vera del río, y en un agradable paseo de quince minutos encontrarás un remanso de paz; una hilera de estatuas de Jizō, deidad que protege las almas condenadas al infierno, en especial las de los niños no nacidos y los que murieron siendo aún muy pequeños.


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Es común encontrar estas estatuas en los alrededores de los cementerios, en ocasiones ataviadas con gorros y baberos rojos, símbolos inequívocos de la infancia a la que salvaguardan.





Si sigues el sendero durante un rato más, llegarás directo al Onsen Yashio, donde podrás poner la guinda a tu huida del gentío del otro lado del río, con un relajante baño de agua caliente.

¡Un abrazo!

martes, 18 de enero de 2011

TOSHO-GU, NIKKO 日光東照宮


Nikko es uno de esos sitios que me parecen inevitables en una primera experiencia por Japón. Todo son ventajas. Está cerca de Tokio, hay muchos templos y santuarios preciosos en plena naturaleza y encima ofrece una gran variedad de alojamientos tradicionales de calidad, la gran mayoría, con su particular onsen o baño japonés.


Dentro del complejo de templos, declarado Patrimonio de la Humanidad, destaca el santuario sintoísta de Tōshō-gū, famoso por sus tres monos sabios. Y es que cualquier cosa que tenga un mono cerca acaba triunfando. Es evidente para cualquiera que acabarán dominando el mundo.




Este grabado de madera es interpretado de muy diversas formas, una de las más fiables dice, que estos simpáticos simios expresaban la voz del pueblo criticando al sistema impuesto por el poder. Haz como que no escuhas ni observas las injusticias y, por supuesto, guarda silencio.




El impresionante santuario fue construido en 1634, en tan sólo dos años, como mausoleo para el gran shōgun Tokugawa Ieyasu, y pretendía mostrar el poder y el esplendor del clan Tokugawa.



Uno de los detinos del próximo viaje ALBACETE-JAPÓN EXPRESS, que este blog organiza para la Semana Santa 2011. Allí, nos alojaremos en el Ryokan Hoshinoyado, donde podremos disfrutar de su balneario, y degustar una auténtica cena tradicional japonesa.



Ver, oir y callar.