La última parada de nuestro viaje por Bali no estaba elegida al azar. Después de pelear con comunidades enteras de monos, disfrutar de lujo asiático y deleitarnos con uno de los mejores atardeceres del planeta, nuestros apolíneos cuerpos merecían una dosis de relax. Una necesaria vuelta a la calma con playas de aguas cristalinas y marisquito fresco con cervezas a la orilla del mar. El lugar elegido fue Gili Trawangan, la más animada y bulliciosa de las Islas Gili, situadas a unas dos horas en barco (rápido) desde Bali.
Una de las peculiaridades del lugar es que no están permitidos los vehículos a motor, una enorme idea pensada para preservar el entorno, y que convierte a los caballos y las bicicletas en los protagonistas del transporte. Al no haber coches, no hay necesidad de asfalto, y tan sólo unos cuantos caminos de tierra sirven como ayuda para alcanzar los distintos puntos del pequeño archipiélago en unos pocos minutos. Eso no quiere decir que no se pueda encontrar de todo; numerosos son los comercios y restaurantes que se agolpan en la calle principal, que es principal ni más ni menos que porque no hay ninguna más. Las opciones de alojamiento son también diversas y, por lo general, económicas. Podréis encontrar habitaciones dobles desde 10 euros en adelante.
Uno de los grandes atractivos de estas islas es sin duda su entorno marino. A un tiro de piedra en barco podemos dar con muchos puntos donde bucear se convierte en un placentero lujo para los amantes de este deporte. Ése era uno de los motivos por los que habíamos viajado hasta allí: disfrutaríamos de tierra firme, pero también de todo lo que nos ofrecieran corales y peces bajo el mar. Existen muchas escuelas donde contratar cursos o inmersiones sueltas, pero tienen acuerdo entre ellas y ofertan los mismos precios, por lo que no merece la pena perder tiempo preguntando en todas. Conseguiréis una tarifa mejor si vais en grupos de más de cuatro personas. Mis compañeros se sacaron el Open Water, y un servidor se graduó en el Advanced, lo que me convierte prácticamente en una sensual sirena.
Y allí nos pasamos cuatro días, aplicando el formato de buceo, comida, siestas en la piscina, zumos de frutas tropicales, atardeceres con birra mediante, cenas con gambas como para una boda, fiesta de la risa y volver a empezar. Un gran formato señora, garantizado, no dude en llevarlo a cabo tan pronto como le sea posible.
¡Buena semana majos!