No faltaban más de diez minutos para que comenzara el partido cuando subíamos con prisa por las escaleras que nos conducían sin remedio a los graderíos del Yokohama Stadium. Y allí estaba yo, con cuatro personas a las que hacía 48 horas no conocía de nada, y con las que me disponía a presenciar la final del mundialito de clubes de la FIFA entre el Corinthians y el Chelsea. Poco más sabía de todo este asunto. Pero las circunstancias, o tal vez un regate habilidoso del destino, habían llevado mis pies hasta allí. Y bien sabía dios que no iba yo a detenerme en ese punto. Puerta oeste, entrada w12, nivel 1, fila 20, asiento 312. Y allá que nos fuimos.
Parecía además que estaríamos en una de las mejores zonas del campo, en un de los laterales, pero, por lo visto, las sorpresas no habían hecho más que comenzar. Encima de nuestras butacas designadas había un fantástico regalo de bienvenida para luchar contra aquella tremenda noche de diciembre. Una bolsa con cojín, mantica y bolsas de esas que al agitarlas se mantienen calientes un buen rato.
Esto empezaba a tener una pinta cojonuda.
Pero tocaba centrarse en el fútbol, y aunque el partido no fue el mejor que podía esperarse, los veinte mil brasileños que habían viajado hasta Japón no paraban de animar a su equipo. Qué pasión señores, qué manera de sentir y entender este deporte. Pocos sin embargo eran los aficionados del equipo inglés, que sin duda partía como gran favorito para levantar el trofeo.
El primer tiempo concluyó sin incidencias reseñables, y con las dos escuadras intentando no perder las formas. Típica final en donde todo parece posponerse, en donde nadie quiere tomar la responsabilidad para no ser el primero en equivocarse. Un partido que seguía el manual al pie de la letra. Seríamos sin embargo nosotros los que conseguiríamos marcar el primer tanto, porque con la entrada, nos habían colgado al cuello una medalla que parecía podía abrirnos las puertas del mismísimo Mordor si hubiera hecho falta.
Silver Lounge señora, cómo se queda. Durante el descanso (y al final del partido), teníamos acceso a una sala donde comer y beber sin fuste ninguno. Vinitos, cañas y un amplio menú de comida se empeñaban en atraparnos en aquel salón. Hay que joderse lo bien qué viven los que viven bien.
Entre charlas con mis compas, me sorprendió escuchar alguien detrás de mí conversando en español. Y allí estaba hablando de fútbol el gran Benito Floro, aquel señor de pelo blanco y voz ruda que llevó al Albacete Balompié en los 90 de segunda división B a primera en tan sólo dos años. Aquel entrenador que hizo historia y convirtió a un equipo modesto en El Queso Mecánico, un conjunto que dio una lección de cómo jugar al fútbol sin un gran presupuesto y que fue temido en muchos estadios españoles. No lo hubiera hecho con casi nadie, pero me tuve que acercar a decirle que yo también era de Albacete, no pude resistirme. Todo un señor con el que estuve conversando durante un rato. Hablamos de fútbol, de ciencia y de vida, y me contó su experiencia de hace muchos años cuando militaba en equipos japoneses.
Un día genial de amigos, fútbol y experiencias de esas que sólo se viven una vez. Y es que las casualidades están ahí para llevarnos a lugares que no imaginábamos. Sólo hay que darles la oportunidad para que ocurran. Millones de gracias Paulica.
GRANDE Benito,
ResponderEliminarAunque claro, a tu lado...
:)
Y yo que pense que con ete titulo hablarias del SUPER queso que nos ibamos a comer.
Palabra Clave.- HARBAR!!!!
Lorco: alguien grande siempre parece mayor al lado de alguien tan pequeño...son cosas que hay que aceptar como vienen :)
ResponderEliminarPalabra clave.- queso? qué queso?
Like a sir
ResponderEliminarno voy a comentar nada aquí...
ResponderEliminarPalabra clave: Cagüentó
neki: por un dia!! :)
ResponderEliminarXavi_kun: jajaja ya lo siento...cómo cambian las cosas de un año a otro....pfff
abrazos a los dos!!
¡Qué grande! Benito Floro, no sabía nada de él desde hacía años. Lo trataron fatal en el Madrid, pero ese Alba fue mítico.
ResponderEliminar¡Benito Floro, todo un clásico!¡Grandes los dos!
ResponderEliminarEso sí, ni siquiera has dicho el resultado final del partido, os liasteis a comer y al partido que le petaran, sin duda :P
Al final todo te salió redondo, qué suerte tienes, será que te la mereces ;)
ResponderEliminarBesico majoooooo :D
No si da igual como sea la historia, o el resultado, que tú no sales perdiendo nunca..
ResponderEliminarPau: historia viva de aquel Albacete!! :)
ResponderEliminartsutomu: lo importante es participar...aunque esta vez se llevaron la copa los brasileños!
Akihabara Princess: gracias maja!! como siempre!! besos
Chopina: en este caso la casual casualidad estuvo de mi parte... jejej
besos a todos!
Por qué siempre tienes tanta suerte!?!?!?!?!
ResponderEliminarDe verdad, no me lo explico!
Chimo: con lo sibarita que eres tú te hubiera encantado esta historia...
ResponderEliminarun abrazo! jaja
¡¡¡Grande Floro!!!
ResponderEliminarComo dice Pau, sí que es verdad que en el Real Madrid le trataron injustamente... ¡Todo un señor!
¡Aprovecho este comentario para daros las gracias tanto a Paula como a tí por invitarnos también! Qué gran espectaculo dieron los brasileños (más me refiero a la afición que a otra cosa... jaja!)
Saludos
danitoru: no le dejaron trabajar...como suele pasar en los equipos grandes! :(
ResponderEliminarabrazo Dani!
Joer, qué bien vivís los que bienvivís.
ResponderEliminarYo de Benito Floro me acuerdo sobre todo de una frase: "Con el pito nos los..." y hasta aquí puedo escribir.
Felipe OI: absolutamente mítica la bronca:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=ePZzGnaYIPs
Para pararse a escucharla :)
Buenas!
ResponderEliminarPrimerizo en tus comentarios, aunque alguna vez te he leído tímidamente, jaja.
Se ve que te lo pasas bien! ;)
Saludos!