lunes, 6 de julio de 2009

CHIQUI RELOADED


Respira. Piensa. Tú sabes como se hacía. Me pongo a meditar en la época que me está tocando vivir. La parte final de una tesis es el momento más difícil de una etapa muy larga, casi siempre demasiado. Hacer balance se convierte en una taréa árdua que requiere de toda mi atención. Y yo tengo la capacidad de un mono babuino. Mi cabeza intenta hacer oídos sordos a las llamadas que desde fuera, ahí al ladito, se empeña en gritarme el verano.

Trabaja. Concéntrate. Dedico bastantes horas al día, aunque tengo mis tiempos de asueto. En uno de esos decido darle un minuto a la reflexión: yo quiero acabar esto pero tengo que hacer que mi cabeza y mi corazón lleguen a un acuerdo, con permiso de mis principios. Entiendo que hay momentos en los que se debe hacer un esfuerzo extra para conseguir ciertas cosas, pero no a cualquier precio, no estoy dispuesto a dejar de vivir durante unos meses por ningún motivo. Tiempo hace que decidí disfrutar todo lo posible o todo lo que me dejen. Ahora hago casi siempre lo que me apetece sin pensarlo demasiado, me he vuelto más simple, si cabe. Y siempre cabe. Siempre.


Se mete entre análisis de datos y experimentos la idea de que no tengo aún decidido qué hacer en vacaciones. Imágenes de todo lo que hay por ahí que ver aún dan vueltas en mí. Me veo luchando por mi medio metro de arena en alguna playa infernal. Creo que no me hace.

Hace meses que no preparo un viaje, pero el que tuvo tiene y tendrá. En dos días todo solucionado. La segunda semana de agosto me voy a Lanzarote con permiso de nuestro amigo canario Nicanor (y de sus primas), y la segunda quincena vuelo a Ciudad de México para hacer una ruta por ese maravilloso país de centroamérica.

Relájate. Disfruta. Ya se me ha pasado el agobio.

Y a vosotros, ¿dónde os lleva el aire estas vacaciones?

¡Un abrazo!

*Fotos de Cancún y Lanzarote pilladas de la red.