Porque lo que es yo me piro antes de que el verano peleche del todo, que parece agonizar ya, pero que me ha prometido unos cuantos rayos de sol, un plato de bravas, tres abrazos sinceros y una buena dosis de la energía propia de la que es sin duda mejor estación de todas. Serán unas vacaciones diferentes, donde me toca combinar ocio y trabajo, pero de una forma que me hace mantener la misma ilusión con la que afronto cualquier nueva aventura. Un viaje en el que he tenido que encajar las piezas con la precisión de un maestro relojero.
Un poco de Tailandia primero, en lo que pretendo que sea un viaje iniciático, ya que es la primera vez que iré tantos días solo de ruta. Tengo una curiosidad tremenda por saber cómo reaccionaré ante los buenos y no tan buenos momentos que seguro vendrán. Cómo gestionaré el conocer tantas personas nuevas cada día, si sabré sobreponerme a los instantes de soledad o si los problemas sabrán más pesados al no poder compartir con nadie su pesada carga. Veremos a ver como administro tanta novedad desde mi improvisada oficina en la arena de alguna playa tailandesa, pero, así de primeras, me apetece mucho la idea.
El resto ya me lo conozco al dedillo, por lo que sé dónde se esconde lo más interesante. Vuelvo a aquel laboratorio alemán que ya me trato estupendamente hace un par de años, y tengo ganas de ver a los que lo hicieron posible. Allí estarán Werner y Yuri sentados como siempre en sus escritorios frente al ordenador, con esas sonrisas complacientes que tanta tranquilidad transmiten. Estoy seguro de que será, como acostumbra, un placer compartir ciencia y experiencias con ellos. Y alguna que otra cerveza y salchicha alemana.
Y qué decir de cuando termine el periplo germano. Vuelvo a casa por fin joder. Vuelvo a mi hogar del que nunca estuve tanto tiempo separado. Vuelvo a ver mis hermanos, a mis padres, a mis abuelos y a mis sobrinas, y no puedo esperar más para estar cerca de ellos, para darles un abrazo y disfrutar de ellos simplemente teniéndolos a tiro de brazo. Porque ahora mismo no necesito más que tenerlos ahí sentados a mi lado en la mesa, no necesito más que cinco minutos para que nos pongamos a discutir sin parar como siempre, no necesito más que volver a estar con ellos para que renovemos los recuerdos, porque la larga distancia borra implacable esos momentos aunque me los traiga conmigo grabados a fuego en cada visita a mi tierra.
Mientras tanto aquí os dejo encargados de vigilar el blog estos días. Y os lo dejo además con el estreno del nuevo logo que ha diseñado el incombustible y genial Andrés Jarit. Que no me entere que montáis fiestas aquí en cuanto salgo por la puerta.
Responsabilidad, señora, responsabilidad.
Un poco de Tailandia primero, en lo que pretendo que sea un viaje iniciático, ya que es la primera vez que iré tantos días solo de ruta. Tengo una curiosidad tremenda por saber cómo reaccionaré ante los buenos y no tan buenos momentos que seguro vendrán. Cómo gestionaré el conocer tantas personas nuevas cada día, si sabré sobreponerme a los instantes de soledad o si los problemas sabrán más pesados al no poder compartir con nadie su pesada carga. Veremos a ver como administro tanta novedad desde mi improvisada oficina en la arena de alguna playa tailandesa, pero, así de primeras, me apetece mucho la idea.
El resto ya me lo conozco al dedillo, por lo que sé dónde se esconde lo más interesante. Vuelvo a aquel laboratorio alemán que ya me trato estupendamente hace un par de años, y tengo ganas de ver a los que lo hicieron posible. Allí estarán Werner y Yuri sentados como siempre en sus escritorios frente al ordenador, con esas sonrisas complacientes que tanta tranquilidad transmiten. Estoy seguro de que será, como acostumbra, un placer compartir ciencia y experiencias con ellos. Y alguna que otra cerveza y salchicha alemana.
Y qué decir de cuando termine el periplo germano. Vuelvo a casa por fin joder. Vuelvo a mi hogar del que nunca estuve tanto tiempo separado. Vuelvo a ver mis hermanos, a mis padres, a mis abuelos y a mis sobrinas, y no puedo esperar más para estar cerca de ellos, para darles un abrazo y disfrutar de ellos simplemente teniéndolos a tiro de brazo. Porque ahora mismo no necesito más que tenerlos ahí sentados a mi lado en la mesa, no necesito más que cinco minutos para que nos pongamos a discutir sin parar como siempre, no necesito más que volver a estar con ellos para que renovemos los recuerdos, porque la larga distancia borra implacable esos momentos aunque me los traiga conmigo grabados a fuego en cada visita a mi tierra.
Mientras tanto aquí os dejo encargados de vigilar el blog estos días. Y os lo dejo además con el estreno del nuevo logo que ha diseñado el incombustible y genial Andrés Jarit. Que no me entere que montáis fiestas aquí en cuanto salgo por la puerta.
Responsabilidad, señora, responsabilidad.
¡Un abrazo grande y felices vacaciones!
*Foto, Playa Bãi Sao, isla de Phú Quốc, Vietnam