martes, 9 de diciembre de 2008

TSUNAMI


Ya están aquí. Llegaron el domingo y parece que llevaran aquí seis meses. Que sensación de densidad produce esta gente. Venían rotos por el viaje pero eso no importó a estos valientes y decidimos salir a conocer las noches de domingo tokiotas.

Esta semana seré escueto a la hora de escribir porque no paramos un segundo y yo necesito dormir. El problema es que yo me vengo a trabajar y los dejo durmiendo, y claro, a mi vuelta han recuperado fuerzas y ya quieren pelotear otra vez. Me pregunto si van a ser capaces de aguantar este ritmo. Y sobre todo, si voy a ser capaz yo.

El Señor Thompson (el de la última foto) ya ha puesto su detalle de crack y en una de las ciudades más seguras del mundo le han robado la cartera. Bueno, más que robado, se la dejó mientras jugaba a una maquinita recreativa. Con los consiguientes bailes, canciones y celebraciones del grupo. Eres bueno Thomp. Muy bueno.

Anda que no les ha gustado el karaoke a estos pollos. Miércoles y ya hemos ido dos veces.Prefiero no decir nada. Mejor que cada uno escriba su historia.









Que no quede nada por hacer.


¡Saludos!

lunes, 8 de diciembre de 2008

FIESTAS, CENAS, SARAOS, PACHANGAS, JUERGAS, JARANAS, GUATEQUES, VERBENAS...

Desde el jueves pasado ha empezado la cuenta atrás. Muy a la japonesa, las despedidas han comenzado tres semanas antes de mi vuelta a casa por Navidad. Ese mismo jueves leí mi proyecto al grupo. Quince minutos de preguntas científicas tras mi exposición y media hora de encerrona con preguntas personales (en inglés y en español) sobre mi vida en Japón. Con lo sosetes que son normalmente y no veas las preguntas que me hacían ahí delante de cuarenta personas. Pero yo me lo pasé muy bien viéndolos tan animados. Sólo querían saber si tenía "amiguitas" japonesas.


Estos dos amigos anunciaron en mi charla que se habían casado. Seis años trabajando en el mismo laboratorio y nadie sabía (ni intuía) que estuvieran siquiera juntos. No son fríos aquí. No. Como si fuera un mono de feria me hicieron hacer de cura y casarlos en japonés.

Después fue mi fiesta de despedida en un restaurante italiano. Más majos que las pesetas, me invitaron a cenar, me regalaron un cartel firmado por todos y de marcha toda la noche. Eso sí, para variar, me obligaron a decir unas palabras delante de todo dios. Eso no cambia en ningún sitio del planeta.


Para agradecer toda la hospitalidad recibida, al día siguiente preparé una cena-fiesta española en mi casa para que disfrutaran de la gastronomía ibérica. El menú: tortilla de patatas, pisto y moje manchegos, queso, jamón, chorizo, salchichón, lomo y una paellita. Menos mal que mi compa Hiroko hizo de pinche ayudándome a prapararlo todo. Estaba contentísima de haber hecho su primera tortilla. Menuda lió.


El resto fiesta española típica. Guille hizo una sangría con shake, y música y esas cosas. Y al terminar todo el mundo dando las gracias tres mil veces, reverencias varias incluidas. Arigator gozaimasu....domo arigatooooor.




Lo único que estuvimos un poco apretados. 25 metros cuadrados. Quince personas. Ni a un par de metros tocábamos. Malabares hubo que hacer para poder sacarnos una foto todos juntos.



Hecho polvo estoy. El sábado también hubo cena y fiesta. Y como sabéis las bestias llegaron el domingo. Muy cansados eso sí. Pero acabamos saliendo hasta las mil. Un karaoke memorable. Ya os iré contando.

¡Un abrazo!

domingo, 7 de diciembre de 2008

GRACIAS KANSAI


Gracias. Esta entrada es para eso. Para agradecer a la gente tan majeta que estoy conociendo en Japón la amabilidad con la que me han y me siguen tratando. Espero dejar muchos amigos a los que me gustaría volver a ver pronto.

Mi segundo viaje a la región de Kansai me llevó a las ciudades de Osaka y Nara. David, de flapyinjapan, me invitó a su casa y allí me planté, shinkasen mediante. Tenéis que saber que este tren es muy bueno, muy rápido y lo que os cuenten por ahí, pero caro para aburrir. David lleva años viviendo aquí y es un genio de guía. Se las sabe todas. En la foto nos disponíamos a degustar un Okonomiyaki (お好み焼き), una especie de tortilla hecha de agua, harina y huevo cocinada a la plancha. Y una cañica. La camarera va y pregunta ¿qué tamaño de cerveza?. Pues la grande, claro.

Mi amiga Aura, que está loca para que la aten, me había puesto en contacto también con una amiga suya que trabaja eventualmente en Osaka , por lo que aproveché mi visita para llamarla. Una chica encantadora. Estuvimos un buen rato tomando algo y charlando. Y ya hemos dicho que quedaremos a repetirlo en Barcelona. Prometido queda.


Me lo pasé genial y fue un absoluto placer conocerlos a los dos.

Da gusto con gente así.

¡Gracias!