miércoles, 7 de septiembre de 2011

JUEGO DE FERIA

¡ÚLTIMA PISTA!: En los comentarios podéis encontrar la última pista que seguro que nos lleva al final del juego. Y con la pedazo de pista que doy, quiero la respuesta exacta. ¡No vale acercarse sólo! ;)

Último día de trabajo. En este fin de semana termino la mudanza, acabo con la interminable burocracia y me meto en un avión para empezar mis vacaciones en España. Será un tiempo de reencuentros y relax donde espero coger fuerzas para volver a disfrutar de otra temporada en Japón.

Y de fiestas. Me temo que la semana que viene estaré en la Feria de Albacete todo el rato. TODO el rato. Así que para mantener el blog calentico, os voy a dejar un juego con el que aprovecho para celebrar todas las buenas nuevas.

Ojito a las fotos:




¿Qué es esto señora?

Y como nos estamos volviendo todos locos, el que acierte primero la respuesta exacta se llevará como premio una camiseta NO PARO DE EQUIVOCARME. ¡Una camisetaca! Ahí es nada. Como dato os diré que es algo encontrado en Japón, y que yo jamás había visto en otro sitio. Y no Joel, no es eso.

La solución al enigma muy pronto, entre mojito y mojito.

¡Mucha suerte a todos!

lunes, 5 de septiembre de 2011

Beisbol 野球

Siendo el deporte nacional aquí, parece que estaba feo no ir a un partido de beisbol. Mi amiga Yoshiko, osakeña orgullosa, me propuso entonces ir a ver a su equipo: los Hanshin Tigers, los temidos Tigres de Osaka.



Es bien sabido que el carácter de los habitantes de Kansai es muy diferente al de lo tokiotas. Fama tienen de bromistas y fiesteros, y no defraudaron. Siendo un partido en Tokio, la mitad del estadio estaba lleno de aficionados de los Tigers.


La cosa va como sigue: la afición del equipo que batea es la encargada de animar, mientras que la que recibe se mantiene en silencio. Cuando hay cambio, se tornan los papeles. Y así todo el partido. Sencillo. Me sorprendió mucho ver como se respetaba este turno a rajatabla, cosa que no puedo ni imaginar en otros escenarios. Ni insultos entre aficiones, ni silbidos, ni reproches al árbitro. De locos.



Un deporte un poco lento de ritmo para mí, pero con un gran ambiente que no deja que te aburras. También parecían ayudar los cientos de vendedores de cerveza que se paseaban escaleras arriba por las gradas aplacando la sed de los asistentes. A este de Sapporo le dimos el coñazo unas cuantas pares veces.




Y es que como dijo el sabio Homer Simpson (mientras contemplaba un partido de besibol) en otro arrebato de genialidad:

"No me había dado cuenta de lo aburrido que es este deporte sin cerveza"

¡Un abrazo!