miércoles, 27 de abril de 2011

TARJETA DE DESPEDIDA, por Joel Cano

Hace poco más de seis meses que Chiqui me pidió si de vez en cuando podía mandar algún texto para su blog, rollo colaboración. Tengo que reconocer que con el paso del tiempo cada vez me daba más pereza hacerlo, pero antes de volver a casa quizás sea de rigor, incluso elegante, dejar una tarjeta de despedida. Esto por aquí es muy típico. Tienen tarjetas para todo: bodas, bautizos, comuniones, cumpleaños, nacimientos…







Imaginad una situación, cualquiera, y existe una tarjeta adecuada. Incluso para entierros y divorcios. Una de las costumbres más raras que he oído desde que estoy en Seattle es la de enviar tarjetas a cada una de las personas que ha asistido a tu cumpleaños agradeciendo, no sólo su presencia, sino también su regalo. El otro día me comentaba una amiga que su vecina, para invitarla a algún evento un poco especial, le mandaba tarjetas. Y viven al lado. Puerta con puerta. Increíble.

Así que no he querido ser menos. Esta es mi tarjeta de despedida. Ha sido un placer compartir algunas pocas entradas con vosotros. No sé si volveremos a vernos por aquí, aunque estoy seguro que en algún otro momento nuestros caminos se van a cruzar irremediablemente. Y si no, tiempo al tiempo.

No me gustaría decir adios sin antes matizar lo de las tarjetas. Y aunque es muy americano, en mi despedida preferí hacerlo como lo hacen en casa: pagué las copas. La mayoría estuvo de acuerdo conmigo: donde esté una buena margarita que se quiten las tarjetas.



Salud y mucha suerte. Nos la vemos.

martes, 26 de abril de 2011

DESCANSO Y RISAS

Esperaba este tiempo con tremendas ganas. Ha sido duro contemplar al mundo de vacaciones durante la pasada Semana Santa. Pero ahora nos toca a nosotros, ya que a partir del próximo viernes comienza en Japón la Golden Week. Llamada de esta manera por la coincidencia en estos días de varios festivos. El viernes 29 de abril coincide con el cumpleaños del anterior emperador (Hirohito), y se conoce como Día de Shōwa (昭和の日), en referencia a la Era del mismo nombre (1926-1989). El martes 3 de mayo se celebra el Día de la Constitución (憲法記念日), que data del año 1947. Sin apenas descanso, la jornada siguiente, el 4 de mayo, se denomina Día Verde (みどりの日), y se justifica como la festividad para la contemplación de la naturaleza. Y por último, el jueves 5 de mayo es conocido como el Día de los Niños (こどもの日), que no quiere decir más que lo que dice.

Pues haciendo cuentas, y me llevo una, y montando un puentaco los días 2 y 6 de mayo, me salen once días de vacaciones. Temporada que el tío Chiqui va a aprovechar para irse a visitar Filipinas y a disfrutar de playa. Con el permiso y la grata compañía de los queridos lorcos.


Después de un par de días conociendo Manila, nos iremos unos cuanto más a Cebú, una preciosa isla al sur. El plan diario no podría ser más sencillo: buceo, desayuno, playa, cerveza, comida, siesta, buceo, cerveza, langosta, copa, risas, cama. Y así ocho días.


Mientras escribo esto, los recuerdos me han llevado irremediablemente a mi viaje a México de 2009, donde pude disfrutar de parecida rutina en las fantásticas playas de Tulum. Os dejo este vídeo recordatorio que nunca me canso de ver. Qué despliegue.




Estaremos unos días sin vernos, echadle un ojo al blog mientras tanto.

¡Un abrazo!

domingo, 24 de abril de 2011

MALAS NOTICIAS

Tranquilidad. Nadie dice nada que altere la normalidad existente, así que todo parece seguir según lo previsto en la hoja de ruta. Estuvieran las cosas como estuvieran ayer, si no hay buena nueva es que al menos no están peor. Paradigma universal.

Recibo en mi buzón una misiva de la oficina que gestiona mi bloque de apartamentos. En la cabecera reza: "Modificación del servicio de internet". Mal rollo. Nuestra conexión depende de una empresa externa que cada uno contrata de forma individual y privada, pero siempre a través de la agencia gestora. Eso se ha terminado. Resulta que a partir de ya, se anulan esos contratos y la empresa nos ofrece internet gratuito a todos los residentes.

No creo que sea mi culpa. Todo lo que tenga que ver con burocracia siempre trae consigo malos augurios. De ahí mi pensamiento inicial catastrofista. Pero no te confíes, no bajes la guardia. Un optimista papelote no va a acabar de un plumazo con duros años de entrenamiento. Seguro que lo próximo será el doble de jodido.

Tres semanas después llega el segundo asalto. Esto si que ya no parecen risas. Título del documento: "Nuevas tarifas de alquiler". La explicación es escueta; la cosa cambia a fecha 1 de abril. Me dirijo al personal encargado para que me lo expliquen con más detalle. Con motivo del inicio del año fiscal, han revisado y reajustado los precios de todas las viviendas. "¿Y cuánto me cuesta a mí esta fiesta?", le pregunto a la atractiva empleada mientras agacho la cabeza para recibir el sartenazo. "No señor, no tiene que pagar más, sino ¡menos!". Me reducen el precio casi a la mitad por diversos motivos administrativos que no me interesan en absoluto. Agradecido y estupefacto salgo del lugar pensando en lo ocurrido.


Dos cartas, dos tazas para aprender algo nuevo.