miércoles, 16 de noviembre de 2011

LAS ESTRELLAS DEL TIO CHIQUI

Se dice que nadie conoce con exactitud los restaurantes que hay en Tokio. Cifras pseudo-oficiales hablan de 160000, pero las lenguas más atrevidas aseguran que ese número se queda muy corto, y que podría llegar a ser de casi el doble. A pie de calle se puede sentir este abrumador dato al primer contacto con la ciudad: un establecimiento detrás de otro pueblan las avenidas, calles, puentes y en general cualquier pequeño rincón donde quepa un hornillo, una barra y cuatro viejos taburetes. Una verdadera alegría para los que somos amantes de ponernos finos.

Con esta cantidad de locales, y la conocida afición de los japoneses por la gastronomía, no parece raro que hace unos años también desbancara a París como la capital con más Estrellas Michelín del mundo. Y en esas entro yo a lo loco en esta historia. Uno puede disfrutar de esos sublimes restaurantes por un precio "módico", siempre que esté dispuesto a acogerse a los menús de mediodía que preparan casi todos ellos. Hablamos de un tercio del precio que se oferta por algo similar para la hora de la cena. Algo que ya comprobamos probando la excelente cocina del Restaurante Sant Pau de la señora Carme Ruscalleda.

Una vez descubierto el pequeño truco, decidí lanzarme en tromba a la caza de buenos lugares a los que llevaros cuando vengáis a verme. Hace un par de sábados quedé con un libro en Roppongi Hills para ir a conocer L´Atelier de Robuchon, del cocinero francés Joel (¡sí amigos como el mono!) Robuchon. Famoso por ser el chef que atesora más de las mencionadas estrellas del mundo. Y esto es lo que pudimos ver.







La cosa empezó con una cerveza japonesa que no había probado aún: Heartland, embotellada por Kirin, y con la que me pusieron una tapa de un paté riquísimo. Abriendo boca, sin prisa, despacico, mientras observaba el local decorado con gusto y con la cocina a la vista del público.







Una crema de champiñones y jamón ibérico hizo las veces de entrada. Y pan, señora, pan casero de ese que es tan difícil encontrar aquí. Y confieso que me comí toda la cesta, faltaría más. Aunque nunca mencionaré ante su señoría que hubo una segunda. Como plato principal, un foie sobre rissoto de parmesano de pecado; sin duda lo que más me gustó.





Café de libro, libro acorde al entorno y agradable charla con vino con los simpáticos señores que me tocaron al lado pusieron el punto a una buena sobremesa. Es lo que tiene ser un atrapado, que no te queda otra que hacer amigos.

En general os diré que el sitio bien, correcto. Así que le voy a conceder sólo una estrella del tío Chiqui. No regalo ni una más. ¡Ni una!

¡Buen fin de semana!

*Ojo que la próxima semana viene cargada de sorpresacas de las gordas.

domingo, 13 de noviembre de 2011

NADA DE YO

No hay momento malo para un balance. Hacer vuelo rasante sobre un aspecto concreto de tu existencia te ayuda a aprender, a avanzar, a mejorar y a no caer en los mismos errores. Que para eso están los nuevos. También te muestra lo idiota que fuiste y lo retrasado que eres actualmente; por lo que no es fácil encontrar el día de hacer limpieza, ya que sabes que serás insultado repetidamente por tu "yo" pasado. Tal vez por eso buscamos momentos dulces para hacerlo, porque mezclados nos sabrán menos amargos.

Hoy es un día para felicitarnos. Hemos ganado y eso es motivo de orgullo para los que llevamos la competición en la sangre. Y no digo he, digo sin equivocarme (por una vez) hemos. Y, por si alguien ha reparado en el asunto, no he dejado de decir hemos desde que nos empistamos en el certamen. Aquí, en las redes sociales y en Sebastopol de Arriba. Porque ciertamente en este blog escribo yo lo que me salta. Normalmente lo que me salta por las mañanas, y casi siempre lo que me apetece que sea ese amanecer. Por eso hay mañanas que venís aquí y no hay nada, como si esos días hubieran nacido sin mañana para esta bitácora. Pero ya dije y digo sin descanso que los comentarios aquí los ponen otros, y eso para mí es la mitad de este proyecto. Lo concibo como una generación de contenidos compartida. Un juego en el que me divierto con vosotros cada vez que consigo hacer que alguien entienda que merece la pena perder ese minuto para decir algo. Los comentarios a mí me dan gustico. Y así es la cosa.

Quitando el polvo, me he encontrado algunos libros que estuvieron pero ya no están, y si lo están no los veo en la estantería de siempre. Así estuve leyendo historias de gamma, Midori, Jesús, Pedrulas, Nerea, Dani Farma, Carol o Manu. Lectura obligada que os recomiendo encarecidamente. Sentí tristeza por verlos ya tan poco, pero también alegría por saber que son pilares maestros de esta casa, y que forman parte del conjunto que la sostiene. No tuve que remover tantos trastos para encontrar a los que hoy me acompañan casi cada día: Joel, Serendipity, Lorco, Pau, Chopi, Guaci, Marta, Merche, Laura, Luis-sensei, tsutomu, maddy madness, Chimo, Sol, Alberto, Xavi y Esperanza, ya que compartimos mesa cada poco para comentarnos lo que se tercie. En algunas ocasiones un simple y agradable buenos días, en otras un improperio cualquiera sin ninguna acritud. Principalmente a vosotros tengo que haceros partícipes de este premio de la manera más sincera que encuentro. A los que estáis ocultos, escondidos en las habitaciones de la casa, os animo a salir al salón y participar en las sobremesas de esta pequeña familia.

Cuando tenga excusa para escribir el próximo balance algunos ya nos habrán dejado. Aunque es también seguro que tendremos caras nuevas. Esto es así. Tú lo sabes y yo lo sé. Pero desde donde estéis, convertidos ahora en nuevos pilares maestros, seguiréis aguantando el peso de haber participado en este blog de una u otra manera. Felicidades por el premio y muchas gracias.

Chiqui


¡CAMPEONES!




¡Muchísimas gracias a todos!