martes, 28 de mayo de 2013

SAYONARA, NIÑO CAGAO

Este lunes nos abandonaba un amigo. Chema se dirigía desde Narita hacia las nubes de Cádiz en vuelo directo, tras cinco largos años sin pisar su tierra del alma. Para muchos de vosotros este señor es El Niño Cagao, la cabeza visible del mundo del flamenco en Japón; un artista irreverente y divertido capaz de poner a bailar la conga a los asistentes a un congreso de pompas fúnebres. Para nosotros hace ya tiempo que se transformó en Chema, ese niño chico con el corazón gigante que vive dentro del artista. Un niño que desborda sentimiento, generosidad y carisma.

Si te encuentras de nuevo con él, es más que probable que no recuerde tu nombre. No se lo tengas en cuenta. Pero lo que es seguro es que te dará un abrazo sincero y se alegrará de volver verte (aunque para él siempre sea la primera vez). Y acto seguido olvidará tu nombre de nuevo para que seas tú quien se lo recuerde en la próxima ocasión en la que tengáis la suerte de compartir otro rato juntos. Él es así: un tipo afortunadamente loco, con ese punto disperso e inquietante que acompaña a las grandes personas. Y es que ningún genio ha sido ni será nunca alguien corriente.

Por muchos motivos lo echaré de menos. Para mí es una de esas almas que es mejor tener cerca, y que afianzan mi admiración por la humanidad. Uno de esos amigos de dibujos animados. Nosotros le regalamos un cartel de la Feria de Abril enmarcado y firmado con nuestros mejores deseos para su nueva etapa gaditana. 

Y él nos dejó esta bonita canción como despedida.

さよなら Chema

domingo, 26 de mayo de 2013

SARUSHIMA 猿島

Sarushima significa literalmente Isla de los Monos, y es un pequeño archipiélago (de aproximadamente 5 hectáreas) deshabitado y situado frente a las costas de Yokosuka, en la prefectura de Kanagawa. Tras ser usada con fines militares y de defensa en el pasado, después de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en reserva marina y lugar de recreo, utilidad que se conserva en la actualidad. 

 

Es un isla plagada de vegetación, y debido a sus numerosos acantilados,  sólo accesible en barco por la única playa que se encuentra en uno de sus costados. Lugar que no nos quedó más remedio que escoger para desembarcar allí la pasada semana. Porque allí acabamos unos cuantos amigos por la invitación que Joaquín nos hizo unos días antes. Una amiga suya organizaba una barbacoa multitudinaria, y nosotros nos acoplamos al abrigo del calor que el verano ya nos dejaba sentir tímidamente.



El plan era casi desconocido para nosotros. Pero resultó que era un grupo de amiguetes que todos los años organiza este evento. Unos 100 japoneses y los gaijines de la foto de arriba nos disponíamos a pasar un día de playa bueno; con barbacoa, cervezas y juegos varios incluidos. No sabíamos nada más, pero lo que teníamos claro es que estaría bien organizado, porque rara vez te encuentras aquí una fiesta así sin una organización medida al milímetro. Y en efecto, no nos equivocamos, aquello estaba montado como está mandado. Eso sí, la hora de beber cerveza estaba prevista a partir del mediodía, y por tutatis que hasta las 12:00:00 no nos dejaron abrir una lata..."porque aún no era la hora". Disciplina espartana en una reunión de amigos.


El Tío La Vara poniendo orden entre tanta tontuna

Y como no podía ser de otra forma, la Isla de los Monos nos trató como a uno más de los hijos de su tierra. Nos sentimos como en casa, a gustico. Nos reímos bastante, se nos quemó la cara al sol (otra vez) y apuramos hasta que allí no quedaban ni las águilas para coger el último barco con destino a Tokio. Sin lugar a dudas un gran día y un interesante descubrimiento para próximas barbacoas y saraos.


*Cómo llegar: línea Keikyu desde la estación de Shinagawa hasta Yokosuka Chuo (45 minutos, 620 yenes). Desde la estación de trenes hay un trayecto a pie de diez minutos hasta el puerto, donde salen ferrys cada 30 minutos hacia Sarushima (10 minutos, 1080 yenes i/v).