miércoles, 10 de noviembre de 2010

MAJESTUOSO 富士山

Duermo intranquilo, como un chiquillo que sabe que el siguiente va a ser un gran día. Ha llegado el momento de conocerte. Por fin te pondré cara después de tanto tiempo oyendo hablar de tí. Son las cuatro de la noche y media de la mañana cuando atrás queda el umbral de mi puerta. Serenidad, silencio, calma tensa que asusta. Sólo se oyen los pedales de mi bici.

En lugar acordado, el señor Hide nos recoge con su imponente vehículo de importación. Entre la conversación, se cuelan referencias al grato día que empieza a despertar. Bendita suerte que nos acompoñe el sol para encontrarnos contigo, mejor imposible. Entre el incesante tráfico japonés y lo lejos que vives parece que nunca vamos a llegar a tú casa.

Ahora sí, ya estás aquí.

Ferpichan, para servirte.


Una vez instalados y desayunados en la estación cinco, decidimos subir. El Fuji se sube en verano, cuando las condiciones atmosféricas son más favorables, pero la aglomeración de gente es tan grande, que hay cola durante todo el recorrido. Siete horas de suplicio al paso que la masa decida llevar. Me parece que no me pillan.

Se supone que en esta época está cerrado, pero así nada más que de boquilla. No hay guardas, ni vallado. Hoy, no hay nadie. Para arriba pero ya.










Encantado de conocerte, amiguete.


¡Un abrazo!

martes, 9 de noviembre de 2010

ÚLTIMOS COLETAZOS

Esta mañana he abierto la cortina y el sol me ha traido de golpe al verano de vuelta. Qué buen día hace. Ese calorcico entrando en pleno noviembre por mi ventana, me ha devuelto recuerdos que se estaban quedando fríos, recuerdos casi olvidados que se esconden con el invierno.

Y con ellos también vino gente, llegaron con esa música que tuve días en mi cabeza y que pensaba se habría marchado para siempre. Y ví a mi hermana en la playa tan feliz. Disfruté viendo a Lolín y Vicky discutir, a Priscila con su lupus sarcoidosiano y a nuestros Paolos echando el ancla. Y los muy cabrones se fueron enseguida y me dejaron solo.

Y es que, vaya isla la de Cerdeña.

Y es que, vaya verano el de 2010.





Y es que, vaya gente hay en mi mundo.

¡Un abrazo!


Vídeo cortesía de Lolín Cuenca

lunes, 8 de noviembre de 2010

NUEVO CUBÍCULO

Vuelta a Tokio, nuevo hogar.

Espacio muy reducido que me ahorra comodidades de otros tiempos y me obliga a dedicarle mínimos esfuerzos. No es que piense en positivo, es que somos más flexibles de lo que imaginamos. Tú estira, y verás.

Bueno. Un minuto para llegar al laboratorio, planta baja, suficiente y barato. Malo. A paseo y medio del centro y pequeño. Cuestión de baremar para alcanzar tú aceptable armonía.

domingo, 7 de noviembre de 2010

VENDE-HUMO

Sólo unos pocos tienen la habilidad para hacerlo. No sérá la primera vez que te venden algo que no quieres, ni necesitas ni tan siquiera te gusta. Ya es tuyo. Al igual que la cara de idiota que se te queda en cuanto tu mente despierta de la profunda hipnosis a la que ha sido sometida. Entonces, no queda más que postrarse a los pies del genio capaz de tamaña hazaña. Bravo, ya estoy en tu lista de pardos.

Ejemplo válido.


Ascenso al Monte Fuji. Quinta estación de Kawaguchiko. Tienda de souvenirs y regalos varios. Nos ofrecen estos preciosos botes de distintos tamaños a precios módicos (entre 8 y 9 euros). Zoom in.


Fantástico aire puro del señor monte para que puedas respirarlo en tu propia casa. Atiende.

En una ocasión, uno de estos magos trileros tunecinos me vendió un timbal que nunca usé, lo que me llevó irremediablemente a apuntarme a unas clases de percusión, a las que nunca asistí.

Y tan orgulloso que me fuí yo de la tienda. Maldita sea.

¡Buena semana, vamos!