jueves, 28 de octubre de 2010
TEMPURA 1.0 てんぷら
Cocino cada día. Por aquí el hecho de que un hombre se mueva entre garbanzos y alcachofas sorprende, y mucho. Dos son las razones principales que me empujan: una, que me entretiene en sí probar a hacer cosas nuevas y dos, que me gusta comer bien. Pero bien, bien. Cosa que es culpa de mi querida madre y de mi amado padre, que me han malacostumbrado a un mundo de degustar pato con salsa de ciruelas un martes. Por dios, cómo echo de menos el pan casero de mi mamá.
De Japón quiero llevarme algunas cosas, y una de ellas será aprender a cocinar su rica gastronomía. Mi primer intento ha sido el proyecto de tempura que véis en pantalla. Por cierto, que curiosamente la palabra tempura procede del portugués, en concreto de tempero, que significa condimento. Gambas, calabacín, cebolla, pimiento y zanahoria rebozados con una harina especial (obsequio de la tía Mari), y pasadas levemente por un baño de aceite de oliva.
A mí me estuvo muy buena, pero claro yo soy el padre.
Cualquiera sabe.
miércoles, 27 de octubre de 2010
TIEMPO DE PARKOUR
Fue a caer una tarde de otoño por Tokio uno de Zalla, el primo Oskar, que no sabe si le gustan más los pistos o los fregaos. Aún no lo ha decidido, pero allí que ve un poco de jaleo, allá que va. Total, que se informa de que hay un grupo de Parkour en la ciudad que acepta nuevos pollos en sus filas. Guillermo y yo mismo nos apuntamos a la expedición con él y nos plantamos en un parque de Odaiba un domingo por la mañana, con permiso de su señora claro. Siempre a sus pies. ¡¡Domingo por la mañana!! ¡¡Domingo!! Sí, yo también creo que se me está yendo la cabeza.
Después de subir diez años la edad media de nuestros nuevo grupo de amiguitos, nos dieron unas nociones básicas y a triscar por el parque. Al final, la cuenta fue: un domingo muy divertido, deporte con mayúsculas, risas, gente nueva y maja, y ganas de volver a intentarlo cuanto antes. ¡Ah!, y de propina: contusión en el hombro, muñecas abiertas, tobillo dolorido y agujetas que me impidieron bajar escaleras hasta el miércoles.
El resto, en imágenes.
Después de subir diez años la edad media de nuestros nuevo grupo de amiguitos, nos dieron unas nociones básicas y a triscar por el parque. Al final, la cuenta fue: un domingo muy divertido, deporte con mayúsculas, risas, gente nueva y maja, y ganas de volver a intentarlo cuanto antes. ¡Ah!, y de propina: contusión en el hombro, muñecas abiertas, tobillo dolorido y agujetas que me impidieron bajar escaleras hasta el miércoles.
El resto, en imágenes.
Chiqui Vídeo Parkour from Fernando Picazo on Vimeo.
martes, 26 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
ANARQUÍA
Algo está moviendo la cuchara y agita los posos que tranquilamente reposaban en el fondo. No es que sea costumbre sentir aguas en calma por donde suelo navegar, pero esta vez se mueven mucho, muy rápido. Tanto que me mareo a ratos. Pero siempre quiero volver a subir.
Son las cinco de la tarde de un día lleno. Hace ya que octubre dejó atrás sus primeros días, aunque parece no querer aceptar el paso del tiempo. Quedándose quieto, tranquilo, para no dejar de ser un niño. No hay nadie, claro. Aunque hace una temperatura perfecta no es temporada de playa, y las normas hay que acatarlas. Me estoy dando un bañazo donde el Pacífico toca Katsuura (勝浦市), no digo que no esté fresqueta el agua, pero tengo que pensarlo para darme cuenta. Sólo seis horas más tarde, y envalentonado por el umeshu de la señora Mari, me he colado en el onsen de un hotel de lujo y me cuezo a cuarenta grados en una bañera llena de desconocidos en pelotas. Todo va muy deprisa.
Entre los dos chapuzones se ha escondido una cena en casa prestada. Y se ríe. Y se mezclan pescado crudo , con morcón, idiomas y experiencias diversas. Y se enredan edades dispares entre queso manchego y tempura. Respiro. Estoy lejos de algunas cosas que añoro y cerca de otras que estoy descubriendo, y eso es lo que hay por el momento.
No pares por favor, manténlo agitado.
Pero no revuelto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)