-Tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve porque espera despertarse. Irónicamente, no dista mucho de la realidad. ¿Crees en el destino, Neo?
- No.-¿Por qué no?-No me gusta la idea de no ser yo el que controle mi vida.-Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. Aunque lo que sabes no lo puedes explicar. Pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente, y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí. ¿Sabes de lo que estoy hablando?
-¿Del Mono que mueve los hilos?-¿Te gustaría saber lo que es?-Casi que no...Tener a Chiqui todo el santo día detrás tuyo, apretándote las tuercas para que termines el cartel, diseñes las camisetas y un sinfín de historias que tiene en esa cabecita que no para ni en domingo, se ha convertido ya en una cosa habitual. Aunque esta vez estaba en alerta, ya que tenía la experiencia del viaje anterior. Pero por supuesto, se nos ha echado, otra vez, el tiempo encima.
La cosa era darle una vuelta de tuerca más al lema del viaje que ya todos conocéis
"No me canso de equivocarme". Pero, ¿y si no fuera culpa nuestra? ¿Y si realmente los pasos que vamos dando están anotados en alguna especie de libro arcano encadenado a la mano de una personificación antropomórfica del destino? A mí antes no me gustaba complicarme tanto la vida y, al igual que Neo, quería creer que la cagamos una y otra vez porque forma parte de nosotros. Lo llevamos escrito en algún sitio: "No se conforme con cagarla una vez. Por favor, vuelva a intentarlo. Hágalo de nuevo." Y eso pensaba hasta ese fatídico día de en
la Feria de Albacete...
Esta vez, la idea surgió ente mojito y mojito. Entre el final de uno y el intento de principio de otro, para ser más exactos. Acababa yo de terminarme un mojitaco de la hostia, cuando aparecen Rufo y Jambo con los vasos vacíos y sedientos. "Vamos a echar un mojito, Rael", me dicen. Claro, ante semejante panorama quién es el valiente que dice que no. Y empieza el viaje desde el
Ateneo hasta la barra de un colega suyo que, y siempre según su versión, les dejaba las copas más baratas, e incluso gratis. Para le gente acostumbrada a la Feria, sabréis que es realmente un reto que tres personas, esquivando desconocidos y parándose a saludar a los conocidos, lleguen juntos a algún sitio. Reto en este caso, no superado. Yo no recuerdo exactamente qué pasó, pero nunca llegué a saber qué había sucedido con Rufo y Jambo y, mucho menos, con mi mojito. Solo sé que al volver me los encontré con el avituallamiento correspondiente y un "Chacho, ¿dónde te habías metido?. Te hemos estado esperando un buen rato. Pensábamos que venías detrás." Y en ese preciso momento pude ver con claridad
al Mono que mueve los hilos elevándose por encima de los arcos del Recinto Ferial, cual titiritero. Él fue el que lo planeó todo. Tejiendo un intrincado laberinto de individuos (gentuza en general), dispuso el escenario perfecto para joderme una vez más.
Y este, amigos, es el resultado.
Letra: itsumo machigattete tsukarenai?", ¿No te cansas de equivocarte?
-----------------------------------------------------------------------
Camiseta homenaje del viaje Albacete-Japón Express. Pero NO sólo los viajeros pueden tenerla, durante estos días podéis hacer vuestros pedidos a la dirección de correo: ferpisan@hotmail.com . El precio es de 16 euros para los que puedan recogerla en Albacete o Tokio, aunque si quieres te la enviamos a donde nos pidas, pero los gastos de envío corren de tu cuenta (5 euros).----------------------------------------------------------------------
Siento haber depositado en vosotros la semilla del miedo y la desconfianza, pero creo que era algo que debíais saber. Somos los elegidos y no habrá paz para nosotros. Cuando vayáis tranquilamente por la calle cogidos, quizás, de la mano de vuestra pareja, acordaros de que hay alguien allí arriba, en el tejado, que guía nuestros pasos, que va moviendo los hilos. Y tiene cara de mono...
-Te aseguro que odio dar malas noticias a gente buena, sin embargo, no debes preocuparte. Porque en cuanto salgas por esa puerta empezarás a sentirte mejor. Recordarás que tú no crees en esas tonterías del destino ya que tú controlas tu propia vida, ¿recuerdas? Ten, coge una galleta. Te aseguro que antes de que te la acabes te sentirás como nuevo.