martes, 27 de enero de 2015

2015

Números. Esas facturas recordadas por impago que nos llevan a momentos puntuales de nuestra existencia. Forman parte del ideario y entretenimiento popular; nos divierte jugar a pensar que están ahí por algún motivo, que son parte de algo místico y profundo que nos guía hacia caminos con sentido, que nos dan pautas de cómo debemos gobernar todo lo que nos acontece. Aunque no creo yo que sean más que cifras al azar, que sirven de matrícula para que lo importante no se alíe con el olvido.

2014

Mi año mariano, el amor de mis amores, el momento en el que decidí dejar de ser uno más del rebaño para asumir riesgos. R   i   e   s   g   o   s. Una época de cambios complicada por lo inestabilidad obvia del asunto, pero enormemente satisfactoria precisamente por el mismo motivo. Cuando uno deja de tener los bastones que le ayudan a andar cada día, no queda más remedio que levantarse a pulso. Y caminar, caminar a tientas, casi a ciegas, en ocasiones con dolor del que pica, pero con la ilusión de quien hace algo por primera vez, pero cada mañana...motivado, imparable.

18

El día de la marmota. En uno como esos me planté en el despacho de mi señor jefe para explicarle mis sensaciones. Necesitaba cambiar de rumbo y se lo dije sin ambages: "quiero unos meses para mí; necesito unos meses para mí". Comprendió mi mensaje pero, con todo el cuidado y la empatía posibles, me dijo que no existía una fórmula administrativa que supiera entender mis sentimientos, por lo que no iba a poder ser. "Entonces me voy definitivamente", espeté sin dudarlo. No había otra, si quieres algo no puedes dejarte dominar por las circunstancias, así que buscaría una solución a los problemas que acarreara mi decisión cuando fueran llegando. Probablemente sin seguir un orden lógico.

1

Fue tan sólo uno el órdago que le eché sin cartas a mi admirado sensei. Y logré descolocarlo por completo. Pensándose que era un problema económico, fui tentado no por menos de tres veces para que aceptara mejorar mis condiciones, tantas como tuve que negarme agradecido. Cuando comprendieron que sólo había un camino, mi mano se hizo fuerte, invencible, y aceptaron mi propuesta original, y por fin me regalaron el fantástico tiempo sabático que disfruté.

10

El mes que tuve que despertar del plácido sueño vivido, para cumplir con mi parte del trato y volver al cubo de cemento desde donde entonces paso la mayor parte de los días. Duro en los inicios, tedioso, mucho, pero aceptable cuando asumes el peso de la rutina y te centras en lo positivo de esta nueva etapa. Me han atrapado de nuevo señora, pero he aprendido para la próxima y no me volverán a coger vivo. Lo juro.

35

Una cifra nueva y desconocida para mí, que se apunta este año para recordarme que han pasado ya otros tantos otoños con sus inviernos. Y de momento parece que sigo plantando cara y dando guerra, aunque supongo que no debe ser mas que cosa del destino. Muchísimas gracias por todas esas felicitaciones de cumpleaños. Un abrazo muy grande majetes.