miércoles, 1 de diciembre de 2010

PIKE PLACE MARKET (1ª PARTE), por Joel

Y aquí está de nuevo vuestro corresponsal favorito desde los States con las noticias más frescas al otro lado del Pacífico o del Atlántico, depende de donde estéis.

Uno de los sitios más auténticos de Seattle, es sin lugar a dudas mi habitación... que diga el Pike Place Market. Está situado en Downtown, cerquita del Waterfront. Las cosas que puedes encontrar en este mercado van desde las más peculiares verduras, hasta exóticos manjares provenientes de la península (es lo que tiene estar en EEUU, que aquí son exóticos), pasando por todo tipo condimentos alimentarios, carnes, pastas, infusiones, quesos, pescados... Un disfrute para los sentidos.








El mercado tiene tres plantas, comunicadas todas ellas entre sí por pasillos exteriores, interiores y qué se yo. Parece como si estuvieras en el interior de un barco y te fueras moviendo por la zona de los camarotes. En las "cubiertas inferiores" encontramos algún bar y bazares varios, como por ejemplo uno dedicado a la magia y esoterismo. Justo enfrente del mercado existen también varias tiendas y la zona de restaurantes/cafeterías donde no podéis dejar de tomar un postre en Le Panier. Tienen una bollería francesa espectacular. Cada vez que entro allí me acuerdo de Nica y de Ximo, tú. Como les gusta lo dulce. Para rematar, que mejor que tomarse un café en el primer Starbucks de la historia, y es que esta cadena de cafeterías nació aquí, en la cuna del grunge.





Pero sin lugar a dudas, el puesto por excelencia de este mercado es el Pike Place Fish Market. Imaginaros un sitio de pescado donde acudiríais normalmente a comprar una cola de salmón para hacer al horno el sábado de mercado. Vas tú, pides tu salmoncito y al colega no se le ocurre otra cosa que lanzar el pescado de una punta del puesto a otra para que el otro dependiente te lo arregle para el horno.



Aquí como en España lo importante es dar la nota. Por desgracia el día que yo estuve no había mucha clientela. Pero os dejo este vídeo que he sacado de la red. Merece la pena.



La cosa aún sigue. Si os habéis quedado con ganas de más o simplemente estáis aburridos no dejéis de visitar la 2ª parte de esta entrada.

lunes, 29 de noviembre de 2010

TRÁFICO DE ALIMENTOS

Los ves en tu nevera tan de rutina que muchas veces ni siquiera adviertes su presencia. Te gustan sí, pero al fin y al cabo puedes comerlo siempre que quieras. Pero ¡ayy amigo!, cuando estás lejos y no los tienes. Entonces los echas de menos de una manera casi ilógica.

Voy repasando el contenido del cargamento incautado y se me ponen los pelos como escarpias. El queso manchego de al ladito de mi casa, tarrinas de foie con las que voy a perder la cabeza, unas revistas de El Jueves con las que veré a amigos sonreir.

Mil gracias.



Gracias a Nicanor, porque ahora tengo auténtica sal de Canarias con las que preparar las genuinas Papas con Mojo. Sé que también venía de camino un vinito de Lanzarote. No llegó, pero brindo por tí y el detalle me sabe igual o mejor. Gracias a Bea y a Vicky por mi primera tarjeta navideña en mi primera Navidad fuera de casa. Gracias a Laura que ha comprado y porteado toda la carga a destino. Como buen cenizo, la pararon y le abrieron la maleta, lo que desbarataba toda la operación en plena frontera. Hay que joderse. Le lloró al policía de la aduana, y el muy calzón le dejó pasar con todo. Malditas mujeres. Hay que ver cómo nos engañan. Qué pardos que somos.









Chorizo para preparar unas buenas lentejas, torta de gazpacho manchego, crespillos, colines y hasta un delantal de la España cañí.





Y para brindar por las fiestas venideras una botellaza de Ron Santero, un verdadero lujo que prepararé como se merece, con sus hielos pequeñines, su frutica, al más puro estilo ronería.



Por vosotros.

domingo, 28 de noviembre de 2010

VAMOS A CAMBIAR HACIA EL OTOÑO

Tokio ha decidido atreverse con un radical cambio de imagen para recibir al incómodo frío. Se ha hecho evidente en sólo unos días; la ciudad se ha llenado de hojas y transforma sus colores tan rápido que asusta. En esos momentos de lucidez antes de morir, el verano grita sus últimos rayos de sol para que no olvidemos que se va. Pero que tengamos en cuenta que pronto volverá.

Antes de que el sol se pire para siempre, unas fotos de Tokio en Otoño.











Por cierto, ayer hizo un día espectacular y pude disfrutar visitando la ciudad desde la moto. Una nueva perspectiva que es un gustazo. Sin metro, sin agobios y sin empujones. Lástima que venga el fresco apretando y esto se acabe.

¡Vamos a empezar la semana!