jueves, 21 de junio de 2012

¿DÓNDE ESTÁ MATT?

Seguramente muchos de vosotros ya conozcáis a este personaje llamado Matt. En 2003 dejó su trabajo y puso los pies en el camino para no dejar de bailar alrededor del planeta. Desde entonces no tiene un empleo al uso y, según él, sólo es alguien que tiene el don de viajar de una forma sencilla y barata. Una de esas personas especiales que desprenden alegría y contagian buenos sentimientos.

Un auténtico inspirador para mí que me ha hecho sonreir quince veces como un idiota desde ayer con su nuevo vídeo bailoteando por los el mundo. Cuidado con verlo demasiadas veces señora, que puede quedar atrapada para siempre.



No lo dudes, es más tarde de lo que crees.

miércoles, 20 de junio de 2012

DE VUELTA EN TOKIO

Han pasado momentos de esos que hacen falta de cuando en cuando. Momentos para disfrutar de los amigos que siempre lo fueron y de sentir pasar el tiempo sin querer hacer nada por detenerlo. Aunque sea para saborearlo un poquito más despacio. Vacaciones donde el relax del trabajo lejano se confundía a media mañana con el estrés de amanecer junto a cinco elementos con una energía ilimitada planeando caóticamente como dar el siguiente paso.


Han sido unas vacaciones fáciles, unas vacaciones diferentes. Los días que no había partido íbamos con la autocaravana (que alquilamos en Berlín) a hacer lo que surgiera esa mañana. Que se nos antojaba playa, pues visitábamos las dunas del precioso parque natural situado junto a la ciudad norteña de Leba. Que teníamos el día cultureta, pues nos plantábamos en la fortaleza de Malbork para saber un poco más sobre la civilización teutónica. No me cansaré de alabar las bondades de este medio de transporte que te permite moverte con la libertad de llevar la casa a cuestas.



La fantástica rutina empezaba cuando tocaba encuentro de la selección española. Como si de un trabajo cualquiera se tratara  nos levantábamos a uno hora decente, nos poníamos los disfraces de pollo y salíamos a disfrutar de la deportividad y del buen rollo de la afición rival. Todos fueron buenos, pero me tengo que quedar con la lealtad y la alegría de los irlandeses por encima de italianos y croatas. Treinta mil almas vestidas de verde animando sin descanso aún cuando las cosas se pusieron cuatro veces más difíciles. Cantando sin descanso al unísono diez minutos después de que el árbitro pitara el final del partido.

A partir de aquí todo lo que os pudiera contar se quedaría corto.