lunes, 28 de octubre de 2013

FIESTA DE ESPAÑA 2013

Cuando me reuní con aquel chico en la estación de Takadanobaba, yo no sabía ni cómo ni de qué iba a tratar bien aquel encuentro. Sólo sabía que organizaban una macro-fiesta, y no veía yo con claridad cuál podría ser mi papel dentro de ese asunto, ni por qué unos empresarios japoneses expertos en montar eventos y saraos varios podían necesitar mi ayuda para tales fines verbeneros. Lo que era meridianamente claro es que no me iba a quedar con la duda y, dos cafés con leche mediante, empezaron a aclararme de qué iba todo aquello que para entonces me sonaba tan lejano. Y que hoy está ya tan cerquita.

Sería la primera fiesta de estas características con temática española en Japón. Pensada para mucha gente más que más (ochenta mil personas), con casi 50 carpas de exposición, vinos y comida española, con espectáculo continúo dividido en varios escenarios,  grandes patrocinadores apoyando el evento, sorteos de viajes a España, programa solidario con la víctimas del tsunami de 2011, catas de vinos, programa deportivo y cultural...todo ello repartido en 48 horas que pretende ser un homenaje a los 400 años de relaciones España-Japón. Visto así, todo parecía fantástico.

Pero estábamos allí sentados para llegar un poco más lejos, y tras apartar telones y purpurina, entramos a los entresijos del escenario, entre bastidores, donde realmente se cuecen las grandes faenas. Todo estaba muy bien organizado, pero todo muy bien organizado sólo por japoneses. Me pareció que faltaba involucrar a la comunidad española al evento, y así se lo hice saber a la organización, que en lugar de mandarme a Cuenca, estuvo sorprendentemente de acuerdo conmigo.

Así que me animé a seguir ofreciendo mi opinión que era y es sólo mía. Es una fiesta sobre España, así que los españoles deben darle autenticidad y fidelidad, aportando una de las cosas que más echaba yo en falta: conocimientos de lo que es en realidad una feria española. Qué se hace, qué se come, y cómo se divierte uno entre farolillos, servilletas de papel y buenos amigos. Y, sobre todo, había que evitar errores culturales que podrían causar el desconocimiento o esos necesarios tópicos que a veces todo lo destruyen. Porque señora, hay mucha gente actualmente que piensa que los españoles vestimos sombreros mejicanos mientras comemos paellas con queso y aceitunas. 

Reto aceptado. Mi papel sería atraer todo lo que algo tuviera que ver con nuestro país. Gente, empresas, patrocinadores, restaurantes e instituciones. Recuerdo que uno de mis primeros pensamientos se dirigió en vuelo rasante hacia Fukuoka, donde viven Ale y Magí, dos grandes elementos que enseñan español a los japoneses en la cadena de televisión NHK y en su web Escucha Español, y que me parecía, debían estar en ese escenario haciendo de las suyas.

Y allí estarán.


Además de darles las gracias por el vídeo, les daré un abrazaco el día de la fiesta. Pero muchos más compatriotas se unieron desde aquella reunión: empresas de energía renovables, los chicos de Spain Padel Project, restaurantes donde se cocina como está mandao, universidades españoles que animarán a los chicos a estudiar en nuestro país, la Fundación del Real Madrid, el ICEX, el Instituto Cervantes y la Embajada de España en Japón entre otros. Y una de las cosas de las que estoy más orgulloso; la web del festival ya está disponible en los dos idiomas (www.spainfes.com)

Todos juntos, sin fisuras, estaremos haciendo piña los días 23 y 24 de noviembre para dar la imagen más completa y fiel que sepamos ofrecer a nuestros hermanos japoneses. Habrá fallos, a cientos, pero por ganas y trabajo no va a quedar.

¡Estáis todos invitados!

Mejor que os cuente el gran Miguel Rodrigo, seleccionador del equipo nacional de Japón de fútbol sala, que absolutamente siempre está dispuesto a ayudar en lo que se le pida. Gracias Miguel.