Estamos en 2015 señora, y eso no quiere decir más que se nos viene otro año encima y que nos toca olvidarnos del ya mítico 2014. Para aguantar tanta nostalgia y para superar mejor el olvido, ayer me decidí por un plan perfecto y que nuca falla: comer en un buen sitio con un gran amigo. ¿El amigo? El señor Rafael Moyano. ¿El Sitio? El famoso y extendido mundialmente Nobu. Un lugar que abandera la cocina fusión japonesa-peruana y que cuenta con locales por todo el planeta, en los que los famosos se dejan ver para deleite de su fundador Nobuyuki Matsuhisa.
Ganas tenía de echarle el guante a este lugar por todos comentado, y qué mejor día que un miércoles de enero para darle caza. A mediodía nos ofrecen una carta basada principalmente en menús de distintos precios y calidades, y otros tantos platos que pueden servir de complementos o como alternativa. Nosotros nos decidimos por el Lunch Menu estrecho, acompañado por dos cañas bien frescas de cerveza japonesa.
Empezó la cosa muy peruana, con un ceviche sabroso que apuntaba maneras. De la tanda de tres de inicio me quedaré sin embargo con el tartar de atún con salsa de soja, pequeño tremendo bocado. El pulpo no me dijo ni fú ni fá, le faltaba sabor y la textura no era agradable para mi gusto.
Ceviche
Tartar de Atún y Pulpo
Para el siguiente paso tuvimos que elegir entre carne y pescado, eterna dicotomía gastronómica. El día estaba carnívoro y así se lo hicimos saber a la jefa de sala (trato correcto del personal, con poco más que añadir ni para bien ni para mal). Verduras frescas y asadas para acompañar una ternera de Hokkaido que sin ser una maravilla, al menos se dejaba comer. Se le puede sacar más partido a un producto de esa calidad.
Ternera de Hokkaido
Nos quedaba sitio de sobra para probar el sushi del lugar. El menú incluye cinco piezas de sushi a la elección del chef, y aquí si que no puedo ponerle pegas: bueno el pescado, bueno el arroz, perfectamente elaboradas las piezas y servidas con una presentación excepcional. Una buena manera de acabar con la parte salada de la comida, y una alegría darnos cuenta del sushi de calidad que se puede comer en Japón en muchos lugares.
Selección de Sushi del Chef
Después vinieron los postres, para mi gusto lo más mediocre del menú, aunque cierto es que no soy fácil con lo dulce. Rara vez me convencen las propuestas de los restaurantes, pero como os digo es una cosa mía. Curioso, eso sí, que sin pedirlo ni elegir nos pusieran un postre distinto a cada uno. En cualquier caso ni el uno ni el otro, aunque si me obligarais a elegir me negaría en rotundo a hacerlo. El café (también incluido), muy rico.
El precio del menú: 4500 yenes, pero entre impuestos y bebidas contad al menos otros 3000 yenes más, dependiendo de lo que os queráis liar. La web del restaurante en inglés está aquí, donde podéis encontrar toda la información detallada.
¡Buena semana y buen comienzo de año!