jueves, 16 de octubre de 2008

PRIMER VIAJE: KAMAKURA

Después de dos fines de semana en Tokio ya tocaba salir de viaje. Elegimos un sitio que no estuviera demasiado lejos (una hora y media en tren) para empezar: Kamakura, en la prefectura de Kanagawa. Una ciudad muy transitada. En primer lugar por el atractivo para los turistas que suponen los templos, santuarios y la estatua del Gran Buda (Daibutsu), y segundo por sus playas cerca de la capital nipona que atraen a los japoneses a esta zona.


La expedición estaba compuesta por tres españoles (Guille, Nerea y yo), un filipino (Gabri) y un japonés (Hirata san). Este señor japonés fue nuestro guía. Hirata pertenece a una asociación que de forma altruista guía a los extranjeros y nos muestra la cultura japonesa. Sí, aunque paraezca increíble. El tío se viene todo el día con nosotros de guía y no cobra ni un duro. Igual que en España que estamos deseando ver a un japonés para exprimirlo y dejarlo tieso.


Durante la primera parte del día visitamos dos templos. Lo de llevar guía es un placer porque el amigo Hirata san nos lo explicaba todo. La única pega fue la cantidad de gente que había. No sólo turistas, también bastantes japoneses en diversas ceremonias (vimos hasta una boda) o acompañando a los niños vestidos con kimonos. Antes de que se hiciera de noche fuimos a ver la gran atracción de Kamakura: el Daibutsu. Y la verdad es que, como véis en la foto, es espectacular.

*Nota para los maromos: El Daibutsu es ese Gran Buda de piedra de 15 metros de altura y más de cien toneladas que hay detrás de la chica de las coletas, marranos.

Antes estaba dentro de un templo pero éste fue derribado por un tsunami en el siglo XV dejando la estatua al exterior. Es el segundo Buda más grande en Japón después del de Nara.


Os dejo con una foto del equipo al completo en un restaurante en el que cenamos por la noche en el barrio de "China Town" en la ciudad de Yokohama.

¡Buen fin de semana!

martes, 14 de octubre de 2008

DEPORTE NACIONAL


Dormir en el metro. Es una de las cosas que me sorprendió cuando llegué a Tokio. Desde luego que ves a gente así en cualquier transporte público del mundo, pero en este país el metro es lugar oficial de descanso. Y no hablo de una cabezadita o una siesta ligera. Se ven personajes tan a gusto sobando profundamente.

La ausencia de miradas y un silencio que da miedo son otras de las cosas que sorprenden. En parte ese silencio creo que ayuda bastante al reposo de los viajeros. Cuando el metro va lleno, cosa que ocurre casi siempre, no hay problema, ellos se duermen de pie o apoyados en cualquier sitio.

La chica de la foto de abajo me hizo gracia porque iba dormida pero a la vez sostenía el vaso en la mano sin que se le cayera. Han aprendido a hacer cosas mientras duermen, esta gente es pura eficiencia.

Yo al principio observaba atento, pero no sé que ha pasado que poco a poco se te va pegando sin darte cuenta y yo también me quedo frito a cualquier hora. La cosa es que ellos han nacido con un resorte que salta cuando llegan a su parada, pero yo no lo tengo. Y ya me he levantado un par de veces en Sebastopol. Maldita sea.
Pero el colmo me lo encontré el otro día en la estación de metro de Ikebukuro. Era un señor de negocios con su traje sobando como una bestia en el suelo. Mientras hacía la foto se despertó, cogió su maletín y su paraguas y siguió camino como si nada hubiera pasado.


Y yo os voy dejando que me está entrando un sueño atroz de verlos ahí tan a gustico durmiendo.

¡Buenas noches!

lunes, 13 de octubre de 2008

WELCOME PARTY

El jueves pasado, aprovechando que habíamos llegado un estudiante belga (el alto) y yo mismo (el pequeño), nuestro laboratorio decidió prepararnos una fiesta de bienvenida. Como excepción absoluta e irrepetible todo el mundo dejó de trabajar a las seis de la tarde para disfrutar del fiestolo. Arroz blanco, pescado crudo y algas pero, por lo demás, una fiesta como cualquier otra: cerveza, pizzas, papas y risas. Yo compré vino SANGRE DE TORO, que fue el único vino español que encontré en el super.

El que divaga en traje es mi jefe que se marcó un discurso en japonés de diez minutos. Todos se reían mucho menos el belga, Juan y yo que sonreíamos como idiotas como si entendiéramos algo. Alguna palabra me pareció pillar pero, aunque estoy dando clases de japonés, aún no me enteró de nada. Todo el mundo me pregunta cosas de España: que si es bonito Barcelona, que si dónde está Sevilla, así que me hicieron explicarles la geografía española en medio de la fiesta.

Después de la ceremonia oficial los más degeneraos nos fuimos por ahí a tomarnos algo. Y la cosa acabó para variar tarde. A la mañana siguiente teniáis que ver los caretos de los japos. Pasamos un viernes nada más que regular.

Lo mejor es que luego me explicaron que en el discurito mi jefe había dicho que nos iban a explicar al belga y a mí como se trabaja en Japón. Eso ya lo veremos. De momento yo les he dicho a mis compañeros nipones que en España se sale todos los jueves nieve o truene. Así que el próximo ya hemos quedado en repetir. A ver quién gana...

¡Buena semana a todos!