jueves, 12 de abril de 2012

DÍAS DE FÚTBOL

El principal objetivo del viaje Albacete-Japón Express es que resultara una experiencia global y completa. Esto no quería decir nada concreto, sólo que los viajeros entraran en contacto directo con el país, con su cultura y sobre todo con sus gentes, lo que podía incluir cualquier idea disparatada por extraña que pudiera parecer. Sabedor de la afición por el fútbol de algunos integrantes de la expedición, y teniendo en cuenta que el deporte (bien usado) es una herramienta infalible de unión entre los pueblos, me dispuse a montar una pachanga dominguera entre los de aquí y los de allí.

Al fin y al cabo cuando alguien oye "fútbol japonés" sólo piensa en Oliver y Benji y en el Yokohama Marinos, así que era el momento de tumbar otro mito y comprobar de primera mano cómo se cocía aquí el noble arte del balompié. Me quedaba encontrar un terreno de juego, un par de horas libres en nuestra repleta agenda y un equipo que se atreviera a medirse a los temidos tigres albaceteños.

El gran Yuta se encargó de lo primero y de lo último, así que sólo tuve que decirle que el domingo de una a tres de la tarde nosotros estábamos libres para el partido Amigos de Yuta vs Albacete-Japón Express. Nuestra propuesta no podía ser más osada; la noche anterior tendríamos cena, fiesta y traca final del gran viaje y a las cinco de ese mismo día el equipo tenía programada la vuelta a España.

Se cumplieron todos los pronósticos y la fiesta del sábado noche en Tokio no defraudó a nadie. Seguramente hicimos historia, no por nada especial sino porque no creo que jamás haya habido tantos albaceteños a la vez liándola en Shibuya. Y claro, la cosa acabó cuando el domingo ya estaba más que empezado, y nos presentamos al partido cual Alberto San Juan y Ernesto Alterio en aquel film que tan bien caracterizó a muchos de los equipos que campan por las ligas interbarrios de las ciudades españolas.



¡Gracias!

martes, 10 de abril de 2012

RESTAURANTE MARALBA

En mi visita allá por 2008 recuerdo perfectamente que me adueñé de cierto orgullo impropio al comprobar que en mi tierra se estaban haciendo bien las cosas. En aquella ocasión fue mi hermana Llanos (que de esto sabe un rato) la que nos había recomendado el sitio, y allí nos plantamos tras una carrera popular de diez kilómetros dispuestos a saciar nuestro voraz apetito. Nos fuimos contentos y gratamente sorprendidos.



Hace unos meses todo aquello volvió a mi memoria repentinamente viviendo ya en Tokio; la archiconocida guía Michelín otorgaba su primera estrella a un restaurante de la provincia de Albacete. Gran noticia saber que entrábamos en el mapa gastronómico nacional, y enorme sorpresa de que aquel pequeño restaurante que había llamado mi atención tres años atrás fuera el artífice de tal logro.

En mi último viaje a casa por Navidad fue el momento del reencuentro. Tenía que probar y comprobar de primera mano qué había convencido a los exigentes críticos de este local situado en el pueblo albaceteño de Almansa. Pronto supe que todo y nada había cambiado.



Decididos a dejarnos sorprender de nuevo, mi hermano Luis y yo nos decantamos por el Menú Sorpresa del cocinero Fran Martínez. Y de esta manera dimos el pistoletazo de salida a una desconocida cabalgata de sabores, olores y texturas. El menú comenzaba con unos snacks para abrir boca, donde me pareció especialmente sabrosa la torta de sardina salada.


Bolitas de pepino confitadas en aceite de oliva y vinagreta de mostaza antigua


Torta de gachamiga serrana con piel de sardina salada

En esos momentos ya venían desde la cocina los sabores manchegos que inundarían la siguiente tanda de snacks. Es necesario que destaque aquí la original presentación y el increíble gusto del ajopringue, un toque manchego perfecto para llevarme de recuerdo en el avión que sólo unas horas después me llevaría rumbo a Japón.


Ajopringue manchego con pan tostado


Pieles crujientes de bacalao y pimiento seco de corneta


Tapitas sorpresa: brandada de merluza y royal de liebre

Maralba es un local pequeño, familiar, regentado por un joven matrimonio que derrocha pasión por este negocio. Y eso se puede sentir en cada detalle. Cristina Díaz reparte saber estar y medida atención en la sala, mientras su marido Francisco Martínez innova en cocina. Entre los dos crean un cocktail culinario que funciona a la perfección.

Con los sentidos abiertos de par en par por el aperitivo, sólo nos quedaba esperar más y más. Empezábamos con lo serio: una tanda con dos pescados y uno de los platos, con yema de huevo y base de caldo de gallina, que más me gustó por la intensidad de su sabor. Muy propio para los fríos días de enero en La Mancha.


Caballa en semicuración de sal, mojete manchego, papel de olivas negras y
emulsión de tomate asado y aceite de oliva virgen extra


Yema de huevo de corral a baja temperatura, tallarines de nabo, peloticas de
relleno
y caldo de la gallina


Bombón de sepia de playa, tinta, ajoaceite y sémola de trigo en caldo de galeras

Hay que hacer mención al guiño al moje manchego en el primero de los platos principales; una delicia donde se sustituye de forma inteligente el tradicional atún por una caballa muy jugosa. Había fuerzas para más, lo que nos llevó irremediablemente a la segunda parte del baile de carnes y pescados. Sin desmerecer a lo demás, me tengo que referir al bocado de carne de cierva por su sabor y su ternura, un acierto para cerrar la zona salada del menú.


Canelón de calamar en su tinta con leche de almendras


Pescado de mercado, civet, setas de temporada y membrillo


Cierva adobada y asada con boniato, castañas y granada

Para terminar, y por llevar más prisa de la que nos hubiera gustado, cerramos la comida con un sólo postre de los dos proyectados inicialmente. No hagáis como nosotros y tomaros las cosas con más tranquilidad, podréis disfrutar también de un bombón de mouse de chocolate, avellanas y coco.


Leche merengada, piña, menta y sorbete de anís estrellado

Desde luego estrella conseguida por méritos propios y otro estrella extra que ya tiene también en Los Restaurantes del Tío Chiqui. Como habéis podido ver al principio el precio del menú es de 55 euros (sin bebida) aunque se ofrece también la opción más económica del menú gastronómico. Una relación calidad-precio excelente. Os recomiendo que lo probéis y me déis luego vuestra sincera opinión.

Aún quedó tiempo para charlar un ratico con Fran Martínez, y de paso para aprender algunos trucos para mejorar mi pan casero. Fue un gustazo ver que en la tierra de uno se hacen las cosas tan bien o mejor que en los bastiones gastronómicos tradicionales españoles.

¡Un abrazo!

lunes, 9 de abril de 2012

SAKURA

Ayer pudimos sentir por fin que la primavera había llegado. Los veinte grados que reinaban y el sol radiante hacían que permanecer dentro de un edificio fuera considerado delito de pena mayor. Ha sido un invierno duro, mucho tiempo de espera, pero ayer viniendo al laboratorio me dí cuenta que los cerezos estaban por fin en plena explosión. Totalmente blancos, repletos con miles de flores parecían mucho más grandes que de costumbre, orgullosos y rebosantes de vida. Recuerdo esa misma sensación hace un año, y recuerdo que más tarde pensé en lo rápido que se había desvanecido toda aquella fiesta de colores.

Por la tarde tuvimos el hanami de la empresa. Si quieres montar uno sólo necesitarás cinco sencillos ingredientes: lona azul, abundante comida (ojo que ayer pidieron paellas a domicilio), bebida como para una boda, compañía (agradable si es posible) y un imponente cerezo. A partir de ahí no hay más que hablar de cualquier cosa menos de trabajo y mirar con cara de bobo las flores. Si lo mezclas bien todo es imposible que no te vayas a casa con una gran sonrisa en la cara.

No había empezado la reunión cuando una pequeña ráfaga de aire me devolvió a la realidad. Los primero pétalos ya volaban arrastrados por el viento, cubriendo paso a paso el suelo con ese precioso manto blanco que sólo saca del armario un par de días al año. Había estado esperando durante meses, sabía que sería pasajero, pero no pude dejar de sorprenderme por lo rápido que estaba ocurriendo todo de nuevo. Puede que la magia de esta fiesta esté precisamente en lo efímero.

Viajar esta semana con los amigos del Albacete-Japón Express me ha permitido ver el sakura en muchos sitios distintos que seguro no hubiera disfrutado si no hubieran venido. Me quedo con estas cuatro fotos para compartirlas con vosotros de sitios míticos de Japón que lo son mucho más en cuanto al árbol que tienen al lado le da por florecer.


Templo de Asakusa, Tokio




Templo Hasedera, Kamakura


Cruce de Shibuya de noche (tomada desde la estatua del perro de Hachiko), Tokio