Cada día y con sonrisa incluida. Eran dos años sin volver y hasta me sentía un poco nervioso antes de cruzar el umbral del local. Lo había hecho más veces así que fue como regresar a casa. Hiroko-san se quedó blanca al verme y soltó un "¡buenos días!" en perfecto castellano. Saltándose el estricto protocolo salió de la barra para darme la mano y hablarme sin decir nada concreto, después, volvió a la caja y repitió el ritual que un día acordamos sin quererlo mucho tiempo atrás. "¡Buenos días!"-repitió sonriente-, "¡Ohayou gozaimasu!"-le dije yo-. Le pedí un trozo de bizcocho, y ella me puso el mismo café con que me obsequiaba cada día, siempre que no estuviera el encargado claro.
Y así retomamos la sana rutina de alegrarnos cada mañana, sin más ni más.
¡Qué paséis un buen día!
Aunque parezca increíble, el título de la entrada ya lo sé leer y escribir. Así están las cosas.
¡Un abrazo!
おはよう!!!
ResponderEliminarQue usted disfrute de esos cafeses y de esas sonrisas!
Muy bien aprendido!!!
ResponderEliminarAhora tienes que aprender a decir, cuando te despidas de los de la cafeteria: 良い一日を!(よいいちにちを)(yoi ichinichi wo)el significado.....ahi te lo dejo de tarea jajajaja.......
Un besote!!!!!
Midori.
Si sabes leer eso,... mis respetos!
ResponderEliminarAl final voy a tener que cambiar mi opinión sobre ti.... o mejor no, llegados aquí...ya no ! ;)
Me acuerdo de esa gente..jeje. Mientras "trabajabas" te esperaba en la cafeteria esa,jijiji!
ResponderEliminarLorco: buenos días otra vez!!
ResponderEliminarMidori: gracias, gracias, me va a hacer falta mucha ayuda!
Chimo: acabarás claudicando ante lo inevitable...jajajaj
Chopi: callaaaaaaaaaaaa
Gracias por comentar, besicos!!
Se nota que eres un goleador jejeje
ResponderEliminarFantástico, tiene que ser algo entrañable de verdad.
ResponderEliminarPau: jajaja de eso nada!
ResponderEliminarAntonio: pues ciertamente si :D
un abrazo a los dos!