Me costó dios y ayuda dar con el sitio. Entre otras cosas porque cometí el error de cruzar Khao San road a esas horas de la noche, en el momento en el que aquella calle prácticamente estaba en efervescencia nocturna. "Demasiado guiri junto", pensé mientras sorteaba puestos ambulantes y me regocijaba en el olor de la comida tailandesa callejera, que tan buenos recuerdos me traía. Los olores son sin duda una de las cosas que retengo con más facilidad; una sola ráfaga, un tímido aroma, puede transportarme de nuevo a un lugar, a una persona, a un bonito momento vivido. O a uno muy jodido.
Mientras caminaba camino arriba no podía dejar de sentir los nervios propios de cuando vas a encontrate con alguien por primera vez. Te preguntas cómo irá, si la comunicación será fluida, y mil una absurda dudas que se desvanecen con el primer hola, pero que se repiten con cada nuevo encuentro al que te enfrentas.
Cuando la ví sentada a través de la cristalera supe con certeza que era ella. Después de las debidas disculpas me dijo que iríamos a tomar algo a una calle cercana. Y que allí nos encontraríamos con más amigos un poco más tarde. Shopie era una chica joven, de unos 25 años, que trabaja en la ciudad desde hace un tiempo donde llegó tras acabar sus estudios universitarios. Tenía mundo en sus piernas, y eso se sentía a leguas de distancia, y hacía que su conversación fuera de lo más interesante. Al mismo tiempo transmitía cierta serenidad en sus palabras, lo que me hacía sentir confuso en mi necesaria taréa de analizar a cualquiera que se me planta por delante. Me gusta imaginar de qué palo va la gente y luego comprobar si, una vez mas, me equivoco. O por casualidad he dado en el clavo.
En el primer sorbo de la segunda cerveza acudieron a la terraza donde estábamos los amigos de Sophie. O, para ser más concretos, sus tres amigas. Presentaciones de rigor mediante me explicaron que los planes a partir de aquel instante eran sacar de fiesta al extranjero para que se diera cuenta en qué punto de cocción se dejaban las habas en Bangkok. Así, me llevaron por locales repletos de locales donde yo era sin dudarlo el más deslocalizado de todos. Pasamos por varios, tal vez docenas, donde ellas conocían a camareros y amigos. Bebimos, charlamos, reimos, y me hicieron probar todo tipo de licores regionales que, según ellas, no me podía perder.. Y como decía el maestro Sabina, no dejaron que pagara ni una ronda. Me retaron a retornarles su hospitalidad en yenes, a lo que por supuesto acepté encantado. Y aquí las espero para cuando ellas gusten.
Los gatos tailandeses fueron cogiendo tintes pardos y las esprituosas bebidas ingeridas creando una divertida neblina que se hacía más densa y alegre con cada nuevo brindis. Y pasaron los minutos, y con ellos las horas y las primeras luces del alba amenazaron con despertarnos cruelmente. Y vaya si lo hicieron. Serían las diez de la mañana cuando decidí darme cuenta de que tenía que hacer el check-out del hostal antes de las once y básicamente no tenía idea de donde estaba, aunque estaba prácticamente seguro de que todavía seguía dentro de Bangkok. Además tenía que ingeniármelas para coger algún transporte terrestre esa mañana que me llevara a mi siguiente destino: la isla de Koh Chang.
Ahí me tenéis, en los únicos quince minutos que pase en el hostal después de que un taxi me sacara de las tenebrosas profundidades de la ciudad. Nada más apearme del mismo un hombre me abordó para ofrecerse a llevarme en su furgoneta donde hiciera falta, así que no tardamos más de dos minutos en acordar un precio para que en media hora saliéramos hacia la isla del elefante, esa lugar que me prometía cuatro días de relax y playas cerca del paraíso. Y que, visto lo visto, buena falta me hacía.
El sudeste asiático, qué cosa señores.
Continuará...
El Chiqui Albaceteño, qué cosa señores.haha, lo tuyo es un no parar! :P
ResponderEliminarAkihabara Princess: jajaja es que el sudeste asiático tiene cosas que lo hacen todo fácil...siempre hay gente dispuesta a sacarte del follón que haga falta de la manera más sencilla.
ResponderEliminarbesicos!!
Estoy siguiendo tu viaje de cerquita y preparándome para el mío el año que viene si Dios quiere. No puedo regresar sin conocer Thailandia <3
ResponderEliminarMe ha encantado esta crónica. Seguimos esperando. Un besote
Kirin: pues mira que me alegra saberlo....este fue mi segundo viaje por Tailandia y te lo recomiendo! País precioso y con muchas opciones. Si necesitas algo ya sabes.
ResponderEliminarabrazo!
Na más que ansia de moverse tiene el Chiqui... Mae mía que locura!!! :))))
ResponderEliminarEomerman: esperaba un paso fugaz por Bangkok....lo que no esperaba es no poder descansar ni tres minutos! :)
ResponderEliminarjuas, dejate de furgoneticas y playas y ver cuando llegamos a la parte turbia del relato que te haces de rogar mucho ...
ResponderEliminarP.D. ya vas a prendiendo a hacer fotos y todo :P
Xavi_kun: es que siempre algunos blogs de fotografía que me ayudan...según tal Cads sólo hace falta ponerlas en blanco y negro y granularlas....y ya eres fotógrafo!! jajaja
ResponderEliminarabrazos!
Juas, pillar un hostal y utilizarlo únicamente para la ducha tras una noche de empalmada, un clásico de Bangkok. :-)
ResponderEliminarQué bueno que tuviste anfitriones. Lo del couchsurfing fue una gran idea. Hablando de licores regionales, seguro que diste cuenta de unos buenos SamSong-cola. No se sabe si es whiskey o ron, pero es una perdición, jejeje.
Alberto: un clásico básico además! :)
ResponderEliminarEs increíble pero cierto, no se sabe si es whisky o ron! Pero da lo mismo! jaja
Jajajaja, no paras... de liarla! :D Para la próxima no pilles ni hostal! Para lo que lo usas... jajaja. Vaaamos, tercera parte!! Qué intriga!!
ResponderEliminarBesos!!!
Merche: hombre me vino bien para dejar la mochila y eso! ;)
ResponderEliminarPronto tercera parte!!
besos!
Pero qué bien te lo pasas!! Buen diario, estaré pendiente de las siguientes entradas.
ResponderEliminarAhora me entra el gusanillo de hacer un viaje así, pero a mí solica me da cosa...a ver si me busco un compi de viaje. De momento, mi próximo destino Japón y no sola!
Besicos!
Un gambitero como la copa de un pino... a ti te lo van a contar :D
ResponderEliminarSerendipity: ese miedo es normal...aunque puede parecer difícil, creo que hay países como Tailandia en los que resulta incluso sencillo! Nos vemos prontito! ;)
ResponderEliminarPau: que no te lo cuenten nunca!! Ese es el lema! jajaja
gracias a los dos por comentar!!
uffffff sin dormir.. vaya tela!! jajaja
ResponderEliminarDiKiNNa: y directo a la isla de Koh Chang en el siguiente capítulo!! jejej
ResponderEliminarbesos!
Imagino que pedir más fotos documentadas de esa peazo noche de fiesta es "off-limits" (es broma!)
ResponderEliminarCuánto me alegro de que sin saber muy bien cómo saldría la velada todo fuera estupendamente...
¡Otro más que espera la continuación de tus aventuras!
Un abrazo!
danitoru: gracias a dios no hay más fotos...así no hay tentación de ponerlas!
ResponderEliminarLa improvisación a veces funciona! :)
abrazos!
No sé...
ResponderEliminarEs como si en el relato me faltase alguna cosa...
Como si, seguro que por error, te hubieses saltado alguna cosa...
No lo veo del todo hilado... aix...
Chimo: me falta el temple y la pluma de un periodista experimentado como usted...me queda taaanto que aprender! :)
ResponderEliminarAhi existen lagunas eh Don Fernando? jajaja. Esto es totalmente hora de aventuras con el tio chiqui jaja. Espero que el tercer relato sea aun más destroyer si cabe!!
ResponderEliminarIt´s gonna be legen...wait for it...CHIQUIDARY !!!hahahha
Marcos: jajajaj grande How I met your mother! XD
ResponderEliminarun abrazo!!
"Pagando por dejar una maleta"
ResponderEliminarEs un titulo mucho mas CORRECTO!!!
Palabra clave.-SATURATED
Lo más importante para saber parte del desenlace... fotos de las tailandesas! jajajaja xoxo
ResponderEliminarLorco: no es mal titulo...refleja bastante bien el principio y el final de todo esto...
ResponderEliminarBrenda: no hay fotos! se me fue la cabeza y no hice bonica!
besos a los dos!
Madre mía entre tú y Oskar vais a crear escuela...si las cosas van como deben ir,el año que viene espero poder apuntarme yo también tanto a esta como la del Fuji (que debe ser toda una experiencia correr en tan magno escenario).
ResponderEliminarMuchos ánimos, hagas lo que hagas, el mero hecho de presentarte en la linea de salida ya es toda una victoria!
Saludicos